jueves, 29 de noviembre de 2012

Así te queremos ver



Boca sacudió el sueño de Racing pero lo más importante el nivel que tuvo el equipo, que da para esperar con ilusiones el 2013.


Otro sería el Sprint final de Boca en el campeonato si Erviti no hubiese empatado el clásico sobre la hora. Aquel empate termina siendo bisagra para los dos equipos. Hoy River pena y se quedó sin técnico –si es que Almeyda alguna vez lo fue-, mientras que Boca de a poco se empieza a reconstruir.
Aquel triunfo sobre San Lorenzo había parecido un espejismo tras la frustrante final de la Supercopa y los amargos empates ante Colón y Newell´s –con buen primer tiempo-. Pero la victoria sobre Velez trajo la tranquilidad de los tres puntos para encarar el duelo con Racing. Un equipo que venía mucho más inflado de lo que realmente es.
Hay méritos de Falcioni en esta levantada, es cierto. Pero también hubo defectos del entrenador que provocaron que Boca prácticamente quede afuera de la lucha a mitad de torneo y que haya echo un primer tiempo en el superclásico que rozó el papelón. Insistir con Chavez, es un claro ejemplo.
Uno de los responsables de este envión es sin dudas Leandro Paredes, que con atrevimiento, ya marcó más goles en el torneo que Viatri por citar algún caso. El pibe, pese a no jugar en su puesto de enganche, se esmera para dar que hablar y ser la esperanza del futuro de la institución.
El otro caso impactante es el de Erbes. Finalmente, Falcioni sacó a uno de sus protegidos, Somoza. Lo hizo primero por suspensión, después por lesión. A Erbes le bastó un partido, contra San Lorenzo, para demostrar que puede ser el cinco de Boca. Dinámica y despliegue le aportó al mediocampo, además de buena ubicación y pase a los compañeros, algo que parece natural y simple pero que el ex Velez hace mucho que no lo hacía.
La tercera pata del trípode en el que Boca se apoyó para encarrilar su rumbo es Guillermo Fernández. Tal vez sea injusto, nombrarlo en tercer lugar, porque es el mas regular. Le aporta también profundidad, y buen juego, algo que los experimentados Rivero y Ledesma no le podían aportar.
Erviti y Silva son soldados de Falcioni. Y se están sintiendo cada vez más cómodos en su rol de líder. Algo que deberá caer en ellos, y en Orión, ahora que se va Schiavi. Por eso, más allá de las actuaciones sólidas de Caruzzo y Guillermo Burdisso, el Xeneize necesita un caudillo en el fondo.
Cuando el Laucha Acosta no jugaba todos esperaban que le diera el vértigo que Boca necesitaba. Hasta el partido con la Academia, el ex Lanus solo había demostrado insinuaciones en los cotejos que ingresó desde el banco de suplentes (Independiente por la Sudamericana, Estudiantes o River). Tiene el crédito abierto, porque es el mejor socio que puede tener Silva, y sobretodo, porque el físico no lo ayudó.
A los que se les acabó el crédito es a Cellay y al Pochi Chavez. Somoza, lugarteniente del DT, deberá aceptar su rol de suplente sea quien fuera el entrenador. En cambio, Clemente, Viatri, Rivero y Ledesma (los mas experimentados del clan riquelmista), deberán subordinar a esa misma situación, con excepción del tres, quien por ahora, más que por descarte que por otra cosa, debe continuar en el inicial.
La frescura de los tres juveniles le da a Boca otra forma de encarar el año que viene. Si bien, las matemáticas todavía dan la lucha al título como posible, lo cierto es que la situación es complicada. Lo mejor es esperar a 2013, con estos chicos, algún refuerzo de categoría, sumado  Sánchez Miño afuera por lo menos hasta marzo de las canchas (sería casi una incorporación más). Además es hora que también tengan su oportunidad Cristian Alvarez, Orfano, Marin, Fragapane. Todos juveniles para seguir abasteciendo hasta que Boca que construye Pared por pared para ser otra vez protagonista.

lunes, 29 de octubre de 2012

Otra B será


Boca le empató a River en la última jugada después de estar dos goles abajo y consiguió un 2 a 2 que no le sirve mucho, pero deja a su eterno rival sin la posibilidad de cargar y cerca, otra vez, de la zona de descenso.


¿Se puede festejar un empate en una de las peores actuaciones de Boca en el Monumental? Con niveles individuales flojísimos y rendimiento colectivo paupérrimo en casi todas las líneas, el Xeneize rescató un empate de la galera, pero más que por méritos propios fue por desaciertos del adversario, que no sólo no supo liquidarlo sino que cometió errores infantiles, dignos de un equipo recién ascendido que se acomoda a la categoría.
Al minuto, Ponzio con un tiro libre dejó en evidencia que Orión esta fuera de ritmo, tras su lesión. Un tiro libre desde lejos terminó en la red, con la única escala de un bote a tierra, en las narices del ex arquero de San Lorenzo. A partir de ahí, River fue más. Sobretodo en actitud. En presencia en la mitad de la cancha. Y en juego.
Igualmente, esta claro que no hay que ser ni el Barcelona ni el Bayern para superar a Boca en el juego. Desde que Román dejo huérfano la conducción del equipo, el Xeneize no tiene identidad. El medio, con Somoza como símbolo, no paran ni al subte, y la defensa tuvo tiempos mejores. El Flaco Schiavi al borde del retiro hizo lo que pudo. Pero Mora se hizo un festín. SI el uruguayo hubiese tenido compañía otra hubiese sido la historia pero David Trezeguet se quedó en Francia y en el Monumental jugó su primo Gastón.
Ni Chavez ni Erviti hacían cosas productivas y Sanchez Miño esta en un bajón pronunciado de su nivel. Viatri vive lejos del área y Silva pelea más de lo que juega. Sin embargo, con pocas ideas, escaso volumen de juego, y nada de profundidad, el equipo de Falcioni casi pateó la misma cantidad de veces que River.
El 1 a 0 parecía corto en el primer tiempo, pero en el complemento Boca tuvo la actitud que se reclamaba. El ingreso de Acosta le dio más presencia en el área pero no tantas situaciones. Es que el mal de Boca es su juego. Eso no varió con respecto a otros encuentros. En el mejor momento del Xeneize llegó un nuevo golpe que parecía ser nocaut. Pase de Sánchez, golazo de Mora. Premio para la figura de la cancha.
Era impensado que este Boca levantase este encuentro. Pero la camiseta pesa y hace temblar a cualquiera. River sigue siendo el mismo que descendió. Podrá jugar mejor que Boca, pero lo respeta y le teme demasiado. Era un partido, desde el primer minuto, para propinarle una goleada histórica y acallar las cargadas del descenso por un buen tiempo.
Pero River demostró porque descendió. Y porque si no se despierta puede ser reincidente. Penal completamente infantil de González Pirez. Silva lo cambió por gol. Parecía que empezaba otro partido que Boca iba a arrinconar a su eterno archienemigo pero nada de eso paso. Los plumíferos la llevaron bien, hasta que Almeyda hizo una de las suyas. Sacó a Mora, dejó al errático Trezeguet.
Los espacios que River no aprovechó, sumados a la voluntad de Boca, que fue más que nada por obligación e inercia que por otra cosa, modificaron el resultado. Llegó el contragolpe liderado por Paredes, el centro de Acosta, el pase con el pecho de Silva y el gol de Erviti para desatar la locura. El marplatense de flojísimo primer tiempo pasó a ser el superhéroe de la tarde.
¿Se puede festejar un empate así? La respuesta es ambigua. Jugando así Boca va a perder todo lo que juega pero la sensación es que si no perdió este domingo con River, es solamente porque la camiseta sigue pesando. Los de Nuñez podrán tener un karma nuevo que es la B, pero su karma eterno sigue siendo Boca Juniors. Eso es inobjetable. Boca equipo tiene que tener la seguridad de que debe mejorar. No siempre va a enfrentar a rivales que le teman como le teme River. Jugando asi con otra camiseta hubiese caído por goleada. Pero River, ahora es Riber. Y nos regaló un empate.
RIVER 2-BOCA 2
RIVER: Barovero 5; Mercado 4, Pezzella 5, Botinelli 4, Ramiro Funes Mori (Gonzalez Pirez 4); Sánchez 6, Cirigliano 5, Ponzio 7, Aguirre (Rojas 4); Mora 8 (Rogelio Funes Mori), Trezeguet 3
BOCA: Orión 4; Albin 5, Schiavi 4, Burdisso 4, Clemente 3 (Acosta 6); Chavez 5 (Paredes), Somoza 4, Erviti 5, Sánchez Miño 5 (Colazo 4); Viatri 4, Silva 6

domingo, 12 de agosto de 2012

La Copa de la vida


La victoria en la renaciente Copa Argentina le da a Boca un nuevo comienzo y la tranquilidad de que el esfuerzo del semestre pasado dio réditos  con ganar un torneo.


Tanta agua pasó debajo que parece una eternidad. Desde esa noche en el Pacaembu en el que terminó una era, solo pasaron poco más de un mes, pareció un año. Pero sin Riquelme, Boca quedó vacío de fútbol –demostrado en el debut ante Quilmes- y en los primeros minutos ante Racing.
Cuando se esperaba que Falcioni vuelva a su dibujo fetiche 4-4-2 apostó por mantener el enganche y darle la confianza al Pochi Chavez, quien había sido vital en el torneo que ganó Boca cuando tuvo que remplazar al lesionado Riquelme, pero que este año no había tenido un buen nivel.
Poco fútbol, mucho pelotazo. Poco juego asociado, pero mucha fricción. La Academia empezó mejor pero Sand definió mal. En la jugada siguiente, Silva aprovechó un error defensivo –pase de Ustari, lo que demuestra, lo que fue Boca, puro pelotazo- y definió con la misma frialdad que lo caracterizo en Velez y en Banfield.
En el complemento, ingresó Sanchez Miño y Boca tuvo otra clara. Más profundo con el tándem del joven volante y Clemente, quienes armaron la jugada del segundo gol, conseguido por Viatri. Después tuvo muchas chances para liquidar la historia, con cabezazo en el travesaño incluido pero el Xeneize perdonó.
El descuento inmediato de Viola agregó dramatismo al cotejo pero Boca aguantó. Y pudo definir la historia pero volvió a faltar en la puntada final. Racing tuvo las suyas pero Sand no estuvo en su día. El festejo llegó a modo de desahogo. La Copa era de Boca, y ahora quedará tiempo para mejorar. El desafío para Falcioni es darle cancha al jugador distinto que tiene Boca, que es Sanchez Miño y ver si puede ser titular el nuevo refuerzo, Lautaro Acosta.

viernes, 6 de julio de 2012

Mi único héroe en este lío



El adiós del más grande ídolo de Boca pone fin a la era más maravillosa de la historia del club. La desazón es peor aun que las derrotas que dejaron a Boca sin Copa y sin torneo.


¿Era todo? Pregunté, siempre un iluso” dice la canción de los Redondos “Esa estrella era mi lujo”, ojalá todo sea una pesadilla, pero Román se va de Boca. Tal vez para siempre. El dolor de no verlo más con la camiseta Xeneize es superior al ocasionado por la derrota. Es el fin de una era. Aquella que empezó en 1996 y parece terminar de una forma inesperada.
La interna del plantel con el cuerpo técnico pudo haber sido la causa pero el desencadenante es realmente poco claro. Sorpresivo. Porque se da en un año en que el Diez cuando jugó y las lesiones lo permitieron, lo hizo de buena forma. Sin alcanzar el nivel de 2007, le alcanzó para marcar el rumbo de un equipo que apostó por todo y está al borde de quedarse sin nada. Pero vale el esfuerzo.
Pero eso es otra historia. Esta historia arrancó por noviembre de 1996, el día que por primera vez Riquelme pisó la Bombonera. Con su juego pausado y elegante enamoró a toda La Bombonera esa misma tarde. Su primer gol llegó semanas después en un 6 a 0 a Huracán. Al año siguiente, jugó poco con el Bambino Veira pero hubo un hecho que marcó lo que se venía. En el último partido de Diego Maradona, lo reemplazó en el entretiempo y colaboró para que Boca de vuelta el partido ante River. Un superclásico. Un clásico fue el resultado final, como casi siempre sucedió.
Pero lo que lo pone a Roman por encima de otros ídolos fue su participación en las Copas de la mano de Bianchi. Un juvenil Riquelme le dio brilllo al bicampeonato del Virrey pero fue en la Libertadores 2000 en la que empezó a tomar vuelo propio, por encima de otros ídolos como Guillermo y Palermo.
Los duelos ante River quedaron en el recuerdo. El gol en la ida. El penal en la vuelta que sentenció la historia. Un tiro desde los doce pasos que fue bisagra para los dos colosos del fútbol argentino. Uno fue derecho al Paraíso. El otro empezó a sumar fracasos, mirar con envidia a su archirrival y terminó en el infierno mismo. ¿Será por eso que lo odian tanto?¿O será la envidia de que él haya ganado más Copa Libertadores que River en toda su historia?
La épica no quedó así. Decisivo en los duelos ante el ex Millonario no son tan determinantes para ganarse el mote del ídolo más grande del equipo más grande del país. Hubo tantos. No es tan difícil. La epopeya se la ganó en Brasil primero. Torazo en rodeo ajeno. En la final del 2000 y en la Semi de 2001 ante Palmeiras –este fue el partido perfecto, gol incluido-. O la victoria sobre el Real con pase gol incluido, pero sobretodo por como controló el partido debajo de su suela.
En 2002, el romance tuvo su paréntesis. En Barcelona no tuvo lugar por los caprichos del DT pero en Villarreal encontró su segunda casa futbolística, metiendo al modesto equipo español en semifinal de Champions League. Luego recuperó su lugar en la Selección; fue líder del equipo albiceleste que mejor jugó en la era post Maradona en un Mundial, fue reemplazado cuando una asistencia suya ponía a Argentina, por primera vez entre los cuatro mejores del mundo después de 16 años. Pero el empate alemán arruinó los sueños. Los envidiosos de siempre le echaron la culpa a Riquelme.
La gran Copa América del año siguiente y la actuación en las Eliminatorias –en ambos torneos fue el goleador de la Selección, aun después de su salida tras el conflicto con Diego- no sirvieron para acallar las críticas mal intencionadas. Tampoco la medalla dorada en los JJ. OO. La envidia mata. La Selección sin Román estuvo a punto de quedarse afuera de Sudáfrica 2010.
Pero en el patio de su casa, como el llamó a la Bombonera, volvió a vivir. La maravillosa producción en la Libertadores 2007 como artillero del campeón, con ocho tantos –tres convertidos en la serie final ante Gremio- lo catapultaron definitivamente al sitio de ídolo máximo. Algo que quedó demostrado tras la ruptura con Maradona, en el que el hincha común, lo puso como ídolo máximo.
Los títulos locales de 2008 y  de 2011, ambos sin Palermo en cancha, ratificaron esta cuestión de máximo superhéroe Xeneize o Bostero. Por las copas, por los títulos, por los superclásicos, por todo esto; Roman es para Boca, lo que Maradona para la Selección. El mejor de todos. El ídolo. Pasan los años, pasan los jugadores, y es verdad Boca seguirá en pie gracias a su gente. Pero no habrá ninguno igual. Pero algún día, alguien preguntará por él. Y todos diremos “que Román fue el más grande”. No será el único héroe de este lío, hubo otros, pero él sencillamente fue el más héroe de todos.

jueves, 31 de mayo de 2012

Todavía se puede


Boca siguió en camino en los tres frentes. No jugó bien pero reaccionó a tiempo frente a Rosario Central para vencerlo en los penales. Sebastián Sosa atajó un penal cuando el Xeneize perdía, luego empató Blandi. El pibe Cristián Alvarez le cambió la cara al equipo con su atrevimiento.

Un nuevo paso hacia la triple corona. Un nuevo paso sufrido. Como otros. Pero productivo y positivo por el solo hecho de seguir con vida en todas las competencias. Lo que ninguno otro equipo puede hacer. El empate con Central fue justo porque los dos hicieron méritos para ganarlo. Pero en los penales Boca sacó fuerza y se metió en semifinales.
A diferencia de lo que hizo, la semana pasada en su duelo por el Nacional B en el que armó un bodrio insoportable contra River, el Canalla salió con actitud de morder cada sector y tratar de lastimar de contragolpe. Sin embargo, los primeros 35 minutos fueron del Xeneize pero levemente.
Con la movilidad de los de arriba, Blandi, Viatri y Mouche, Boca fue más. Pero en el medio no ayudaron mucho, Sánchez Miño jugó uno de sus partidos más discretos en lo que va del año, no obstante le alcanzó para ser de lo mejor del mediocampo. La defensa tuvo desacoples, Caruzzo que venía levantando falló en el centro del gol, y Roncaglia estuvo muy incómodo sobretodo en defensa.
La ventaja fue inesperada para el cuadro rosarino que estuvo muy atrás durante esa etapa pero en el complemento empezó a insinuar con ciertas replicas que hicieron mover el avispero. Un torpe penal de Insaurralde, que sin el apadrinazgo del Flaco Schiavi, estuvo en un nivel mediocre, dejó a Boca con match point en contra. Pero el uruguayo Sosa que ya había salvado un mano a mano frente a Toledo, el autor del tanto rosarino, le detuvo el remate al mismo delantero.
No obstante, el cuadro de Falcioni siguió impreciso durante gran parte del partido. Recién cuando ingresó el juvenil Cristian Alvarez, quien con apenas 19 años, le aportó atrevimiento y desfachatez al equipo, y lideró la levantada. Una buena apertura de cancha, habilitó a Mouche para mandar el centro que sobró a Viatri, pero luego Blandi la empujó casi debajo del arco, faltando casi quince minutos.
En lo quedó del partido, el Xeneize hizo méritos para ganarlo. Lo tuvo Viatri que cabeceó a las manos de García y también Mouche que estrelló un tiro en el palo. Luego llegaron los penales y la alegría por la clasificación. A esta altura, poco importa el sufrimiento. Sí la actitud de darle una alegría a los hinchas en cada punto del país y del continente. Boca todavía puede pelear los tres frentes, y eso es lo que vale.
BOCA: Sosa 7; F. Sosa 5, Caruzzo 5, Insaurralde 5, Roncaglia 5; Chavez 4, Erbes 5 (C. Alvarez 7), Sánchez Miño 6; Viatri 6 (Paredes); Mouche 6, Blandi 7

martes, 29 de mayo de 2012

Tumbó al Cuco


Boca se aprovechó de un pobre Godoy Cruz, que nunca había perdido en La Bombonera. Con un Riquelme intratable, goleó tres a cero y sacó tres puntos de ventaja sobre Tigre y Arsenal.


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Después de la clasificación a semifinales de la Copa Libertadores, Boca volvió a meterse de lleno en el frente interno para defender la punta con todo. Lo hizo casi sin despeinarse, jugó un gran primera media hora, y cuando volvió a acelerar para edificar una goleada importante ante un rival, Godoy Cruz, que siempre lo complicó pero ya no es lo que era. 
El 3 a 0 fue lapidario y justo. El Tomba nunca alcanzó a inquietar y Boca generó muchas situaciones, gracias a la movilidad de los delanteros, pero sobretodo con un Riquelme iluminado. Con el 10 encendido, todo es más fácil. Si le dan espacio, encima, todo parece regalado. El enlace fue el gran tiritero para abastecer las subidas de Clemente, Erviti, y Rivero (recuperó la confianza tras el gol en Brasil y volvió a ser el del año pasado, pero se lesionó y faltará seguramente en el partido de ida de las semifinales)


El primer tanto llego luego que Clemente y Erviti erraran situaciones inmejorables. La apertura se logró gracias a un hermoso centro de Riquelme, que Insaurralde se anticipó al arquero y marcó el 1 a 0. Boca no sacó el freno pese a la ventaja. Lo tuvieron Cvitanich y Mouche, y el segundo arribó recién después que el cuadro mendocino saliera un poco. EN una contra, Clemente sacó rápido un lateral, centro de Mouche, la pelota le cayó justa a Román y este asistió a Cvita para el segundo.
En el complemento, Boca acusó el cansancio de atender tantos frentes pero los mendocinos fueron muy tímidos y casi que inquietaron poco y nada. En el segundo tiempo, parecía estar de más, hasta que llegó la nueva joyita de Román para asistir a Mouche -adelantadísimo- para poner una goleada en la chapa del resultado.
Faltó el gol del Diez. Lo intentó en la última jugada con una apilada fenomenal pero faltó suerte. No importa. Ya era demasiado. La clase de Román era para que aplaudan no solo los hinchas de Boca, sino todos los amantes del buen fútbol.
BOCA: Orión 6; Sosa 6, Schiavi 7, Insaurralde 7, Clemente 7; Rivero 7 (Chavez) , Somoza 7  (Erbes), Erviti 7 (Sánchez Miño); Riquelme 10; Cvitanich 7, Mouche 8

lunes, 28 de mayo de 2012

Revancha consumada

Boca eliminó a Fluminense con un empate agónico sobre la hora conseguido por Silva. No jugó bien, pero hizo valer la diferencia mínima conseguida en La Bombonera.








Es cierto que Boca no jugó para nada bien en Río de Janeiro. Pero también es verdad que cuando perdió el invicto en La Bombonera por la zona de grupos no había merecido caer, y no hubo muchos comentarios al respecto. Además Fluminense sólo tuvo más tiempo la pelota, pero no generó muchas situaciones. De esta manera, se vengó del único equipo brasileño que pudo eliminarlo en Copa Libertadores, a lo largo de este  siglo.
El partido no arrancó bien para Boca. Thiago Neves y Rafael Sobis estaban rápidos y generaban faltas cerca del área. El gol fue inesperado pero no porque Flu no fuera más, sino en la forma que se dio. El Xeneize hasta ese momento no había tenido aciertos en los pases, y eso complicó todo. El tanto fue a través de un tiro libre de Carleto, que se desvió en Rivero, y entró imprevistamente y mansamente en el arco de Orión.
El cuadro carioca fue más a lo largo de esa etapa, pero no cristalizó ese dominio con llegadas al arco defendido por Orión. En el complemento, Falcioni ajustó algunos retoques y el conjunto de la ribera tuvo otra actitud. Igualmente, los pocos avances netos eran para Flu.
Sin esforzarse tanto, al anfitrión se lo notó con algunas dudas atrás y con cierto temor a un gol de Boca que decidiera la cuestión. Pero Román parecía bien controlado, algo que atenta contra toda posibilidad Xeneize. Pero solo parecía. En el minuto noventa, Flu bajó la guardia esperando los penales, Riquelme quedó solo, y metió un pase como solo él puede hacer en el fútbol argentino y pocos en todo el continente, para la aparición de Rivero. La patriada del Burrito dio en el palo, el arquero la sacó casi de adentro, pero Silva, por las dudas, la empujó. Gol del uruguayo y delirio para todo el pueblo de la Boca.
Ahora se viene Universidad de Chile. Otra vez definirá de visitante. Los chilenos son algo ciclotímicos, capaces de hacer seis goles en una rueda, y después quedar al borde de la eliminación, a la que tuvo que recurrir a los penales para evitarla. Será un duro escollo. Pero Boca puede sortearlo. SI jugando mal, pasó. En un buen nivel puede lastimar a cualquiera. Lo que sí, deberá mejorar porque con este nivel demostrado en Rio no alcanza. Pero este Boca puede y sabe hacerlo mejor.
BOCA: Orión 6; Roncaglia 7, Schiavi 7, Insaurralde 6, Clemente 5; Rivero 6, Erbes 5 (Sánchez Miño), Erviti 5(Caruzzo); Riquelme 6; Cvitanich 4 (Mouche 6), Silva 6

martes, 22 de mayo de 2012

El retorno del heredero




Si algo le faltaba a Viatri para calzarse el mote de heredero de Palermo, era volver en un clásico como ante Racing y abrir el camino a la victoria por 2 a 0. El otro lo hizo Blandi. Con este resultado, Boca vuelve a la punta del torneo, cuando faltan cuatro fechas.

Un día de mayo pero de 2000. Palermo volvía después de una lesión de ligamentos en un superclásico copero para eliminar al eterno rival de la Libertadores, con un gol incluido. Doce años después, también en un día de mayo. Viatri, indicado desde que apareció en Primera, como el heredero, retornaba en un clásico por el torneo local. Desaparecido River, descendido a las tinieblas de la B Nacional, buen clásico para regresar eligió Lucas. Contra Racing, y con un gol espectacular, para que Boca sea otra vez puntero del Clausura.

No había jugado bien el Xeneize en el primer tiempo con el equipo muleto. Si bien mostró un buen manejo con Sánchez Miño y se vio a un Mouche movedizo, el conjunto de Falcioni no creó situaciones en la primera etapa. A diferencia, del local que tuvo dos claritas que supo neutralizar Orión, tras remates de Caballero y de Viola –este último fue una atajada espectacular-.

En el entretiempo, Falcioni leyó bien que el juvenil Emiliano Insua caminaba por la cornisa. Estando amonestado, bailaba con la más fea que era controlar al pibe Viola. Cuando nadie se lo esperaba, mando a la cancha a Viatri, para que juegue como enlace o nueve retrasado, Pochi fue a la derecha, Pol Fernández cambió de banda y Sánchez Miño retrocedió a marcar el lateral.

En principio, no pareció haber mucho cambio. Boca no generaba situaciones, pero evidentemente a Racing se le quemaron los papeles. No pudo controlar al tridente, ni tampoco a las subidas de Sánchez Miño. En una subida del pibe, el Xeneize gritó gol, en un verdadero gol de otro partido. Taco de Viatri para desorientar a la defensa y de volea clavó un derechazo inatajable para Saja.

El gol destrozó anímicamente a Racing. Y los pibes se agrandaron. Gran combinación entre Blandi y Mouche, termino luego de una buena jugada de este último, en un golazo del primero que dejó a contramano al ex arquero Cuervo. El 2 a 0 fue exagerado. Pero quien le quita la alegría a estos pibes, que volvieron a demostrar que están para jugar en la Primera de Boca y pelear el título.

BOCA: Orión 8; Sosa 6, Caruzzo 7, Insaurralde 6, Insua 5 (Viatri 9); Fernández 6, Benavidez 6, Sánchez Miño 8; Chavez 5; Mouche 7 (C. Alvarez), Blandi 7 (Araujo)

lunes, 21 de mayo de 2012

Algo es algo




Boca ganó apenas uno a cero en el primer chico del cerrado duelo ante Fluminense. L a diferencia debió ser mayor, pero al menos mantuvo el arco en cero de local, y puede sacar provecho de esto en Río de Janeiro.

Es difícil sacar una amplia ventaja entre un equipo argentino y otro brasileño. Por eso el hecho de ganar, aunque sea por la mínima diferencia y sin goles en contra como local, es un gran resultado. Sin embargo, el 1 a 0 no fue definitivo y no pudo sacar réditos de jugar más de un tiempo con un jugador más.

En el primer tiempo, Boca no pudo hacer pesar el juego de Riquelme. Los delanteros no tuvieron mucho juego. La visita tuvo una situación clara en el comienzo del partido pero terminó de renunciar al ataque luego de la expulsión de Carlinhos.

En el complemento, con el cuadro carioca profundamente retrasado, Falcioni se la jugó; sacó a Erbes y puso a Blandi. Tres delanteros y un raro doble cinco entre Rivero y Erviti, con Román adelantado como único punta. Rápidamente, Boca encontró el rédito esperado. Cvitanich asistió a Mouche y este abrió el marcador.

Boca siguió yendo. Flu, resistiendo. Lo tuvo Schiavi en la más clarita. También Román con un remate de lejos. Pero de a poco ambos empezaron a ver con buenos ojos el 1 a 0. El Xeneize porque se iba con ventaja, sin goles sufridos en su propia meta. La visita todavía está a tiro. Boca viaja a Río sin margen de error, pero con la confianza intacta. Sabe que puede resistir y un gol de visitante obligará a meter tres tantos.

BOCA: Orión 5; Roncaglia 4, Schiavi 6, Insaurralde 6, Clemente 5; Rivero 5, Erbes 5 (Blandi 5), Erviti 5; Riquelme 6; Cvitanich 6, Mouche 7

Punto sin punta


Boca pudo empatar con Velez sin goles, pese a jugar con diez jugadores por más de 45 minutos, y casi no pasó mayores sobresaltos pese a enfrentar a uno de los mejores equipos del fútbol argentino. La mala noticia es que perdió la punta.

Otra vez como hace dos semanas atrás, Boca debió jugar más de un tiempo con un jugador menos. De nuevo, una roja directa que incide en el desarrollo del resto del partido y acorta las posibilidades del equipo. Y otra vez en La Bombonera.

El partido fue realmente chato, de principio a fin. Velez incidió cierta supremacía, con tenencia de la pelota, y las escaladas de Augusto Fernández. Pero Boca emparejó rápidamente. Pero las situaciones escasearon y la única incidencia destacada fue la exagera expulsión de Roncaglia, por roja directa, a instancias del arbitro Loustau, el mismo que había echado a Somoza en la primer parte, pero esta catalogado como “funcional a Boca” por el último superclásico.

En el complemento, Boca retrocedió. Mouche fue a volantear a la izquierda, Sánchez Miño se retrasó y Clemente cambió de carril. Con Cvitanich sólo arriba, más el aporte de calidad de Román, Boca no fue menos que el Fortín. Tuvo una clarita con Mouche que cabeceó mal un centro y un tiro del diez que se fue cerca.

La visita tuvo la pelota un poco más. Solo por la actitud de Boca de contragolpear, solo por eso se notó la inferioridad numérica. Casi no sufrió apremios salvo cuando ingresó el Burrito Martínez pero ni siquiera el talentoso delantero pudo hacer mucho ante la defensa bien parada de Boca.

El empate no dejó muchos puntos para analizar. Solo que se sumó un punto, que pudo ser peor. Al haber estado lejos de la victoria, la igualdad no es mala. Solo que se lamenta la perdida de la punta a tan poco del final del torneo. Pero hay tiempo de recuperarse todavía.

SINTESIS

BOCA: Orión 7; Roncaglia 5, Schiavi 7, Insaurralde 7, Clemente 6; Rivero 5, Erbes 6, Sánchez Miño 6; Riquelme 6; Mouche 6, Cvitanich 5 (Sosa 6)

A vos te tengo visto


Con un Riquelme genial, Boca ganó en Chile y pasó a cuartos de final donde enfrentará a Fluminense, justamente el rival que enfrentó en primera ronda. El 3 a 2 ante Unión Española terminó haciendo más holgada la diferencia de lo que se pensaba en la previa.

El gol sobre la hora en la Bombonera trajo tranquilidad de cara a la vuelta. Y esa ventaja, la hizo pesar Boca. En la revancha, con contundencia y un Juan Román Riquelme mágico como en las grandes noches de Libertadores. Un golazo digno de las mejores proezas del máximo ídolo de la historia Xeneize y pases magníficos para habilitar a sus compañeros en los goles restantes del 3 a 2 ante Unión Española.

El equipo de Falcioni avisó en los primeros minutos pero Mouche no definió bien. Luego se entretuvieron con la tenencia de la pelota, entre los dos equipos. Antes de la media hora, Boca puso un golpe al mentón difícil que fue difícil de levantar para el local. Una pelota parada perfectamente definida por Insaurralde puso el 1 a 0 con el que Boca alargaba la distancia en el global y marcaba el vital gol de visitante.

En el complemento, apareció el show de Riquelme, quien estuvo vivo para aprovechar un error defensivo y asistir a Mouche para poner el 2 a 0 y obligar al adversario de hacer cuatro tantos. Enseguida descontó Pineda. La parada parecía difícil pero Román abortó cualquier rehabilitación. El Diez gambeteó a tres rivales y definió con un toque sutil ante la salida.

Hubo tiempo para que Orión se luzca atajando un penal. Pero en el rebote el argentino Jaime descontó. El 3 a 2 no se modificó pese a la buena intención y el amor propio del anfitrión. Pero la sentencia estaba dictada. Ahora se viene Fluminense en cuarto de final. El mismo equipo brasileño que corto el invicto de 33 partidos del equipo de Falcioni pero es el conjunto que Boca derrotó sin atenuantes en Brasil. Ahora es otra historia.

SINTESIS:

BOCA: Orión 7; Roncaglia 6 (Sosa 6), Schiavi 6, Insaurralde 7, Clemente 6 (S. Miño); Rivero 6, Erbes 6, Erviti 6; Riquelme 9; Mouche 7, Cvitanich 6

lunes, 7 de mayo de 2012

Punta a punto




Boca rescató un empate en el último minuto gracias a un golazo de Blandi. Mouche había adelantado al Xeneize que no lo supo definir, y Rafaela se lo dio vuelta. El 2 a 2 fue entretenido y apasionante. El local protestó por los seis minutos adicionados.

Con el último aliento, otra vez como en la semana por la Copa, Boca reaccionó pero en este caso rescató un punto en Rafaela al empatar 2 a 2 con el cuadro local. El equipo pleno de juveniles que dispuso Falcioni tuvo momentos buenos, y mereció mejor suerte, pero dos descuidos defensivos y la impericia para definir hacían perder un partido que estaba ganado pero Blandi se revindicó después de errar el penal y con una chilena increíble logró el empate, que era lo que menos se merecía el Xeneize.

Con Paredes de enganche, dos volantes por los costados con buen pie como Pol Fernández (de sus tres partidos como titular, fue en el que más activo se mostró) y Chavez, más Sánchez Miño como lateral y, Mouche y Blandi en la ofensiva, era una propuesta interesante para ver.  Justamente este último, con mucha movilidad pero seco a la hora de definir, no parecía estar en su noche., ya que perdió cuatro chances netas –en la última reventó el travesaño-.

Mouche, en cambio, a diferencia de otra época, define bien en las pocas que tiene. Un zurdazo suyo quebró la resistencia de Sara, el arquero rafaelino. A partir de ahí, el local se puso nervioso y Boca por momentos entró en el juego de la rispidez. El cotejo estuvo cortado muchas veces por faltas innecesaria de los dos lados.

El complemento arrancó con un penal dudoso de Dutari cobrado por Maglio, quien a diferencia de la etapa anterior en la que valía todo, empezó a cobrar todo. El penal fue pateado por Blandi en forma anunciada y el arquero supo adivinar la intención para evitar la caída de su vaya por segunda vez. Boca le perdonaba la vida a su rival. Cosa que no pasó del otro lado.

Prácticamente en la primera aproximación, Fontanini cabeceó para poner el empate. Ahí cambió el partido. Fue todo más parejo. Podía ser de cualquiera. Hasta que llegó el tiempo de descuento más largo y apasionante en mucho tiempo. A los 47, la pelota pegó en la mano de Enzo Ruiz en el área de Boca, y el referí compensó. El penal fue cambiado por gol por Gandín.

Parecía partido liquidado. Pero estos chicos demostraron ante Olimpo que tienen la camiseta bien puesta. La materia fibra y garra la tienen bien aprobada. Boca sacó del medio, logró un tiro de esquina, centro de Araujo, cabezazo de Sauro y la chilena impresionante de Blandi para lograr una igualdad que le permite a Boca seguir en la punta pero junto a Newell´s.

BOCA: Sosa 6; Roncaglia 6, Sauro 6, Caruzzo 6, Sánchez Miño 6; Chavez 5 (Araujo), Benavidez 6, G. Fernández 6, Paredes 5 (Enzo Ruiz 5); Mouche 7 (Mazzola), Blandi 7

Con el corazón en La Boca


Un cabezazo agónico de Silva le permitió al Xeneize sacar ventaja en el partido de ida ante Unión Española en una serie que aparenta ser durísima.

Un gol cambia todo. Renueva las ilusionas y modifica la sensaciones de un partido de ida, en el que Boca no jugó bien pero sacó chapa para ganar en el minuto final por 2 a 1, con un golazo del uruguayo Silva, que de a poco, empieza a cumplir en la red.

Empezó con desatino el Xeneize, perdiendo las marcas y quedando expuesto en defensa. No tuvo un buen partido de los defensores, y no empezó perdiendo porque la visita no supo cristalizar en el tanteador las situaciones que tuvo, como el cabezazo del argentino Emanuel Herrera, en el punto penal, que Orión supo controlar.

Pero Román se sacó la modorra y cuando él juega, Boca se despierta. Avisó con un remate que el arquero visitante desvió con muchos problemas. Pero eso fue el preámbulo de lo que venía. El enlace armó un pared con Cvitanich, perfecto lector de la jugada, y clavó un zurdazo abajo inatajable.

Pese a la ventaja, Boca no jugó bien. O se conformó con el 1 a 0. O los chilenos son un equipo que le complicó  a groso modo. De cualquier forma, es un síntoma de alerta, porque el elenco de la ribera no jugó ni a un con ventaja, y le generaron muchas situaciones. Si no le empataron antes, fue por la impericia de los jugadores visitantes.

Recién faltando veinte llegó el empate. Otro argentino, Sebastián Jaime, con pasado en el ascenso no perdonó tras un error en el cierre de Franco Sosa. El empate hizo despertar al anfitrión. Erviti armó una jugada fenomenal, a pura gambeta, pero su tiro dio en el poste. A partir de ahí, sí hubo un solo equipo en la cancha ya que sin muchas situaciones hubo un monologo de Boca en la tenencia debido a la renuncia de los chilenos al ataque.

Cuando todo se complicaba. Cuando el empate con goles era un pésimo resultado, que obligaba a Boca a ganar en Chile, llegó el desahogo. Sosa se recuperó de su error y trabó una pelota, que le quedó a Mouche, quien armó una pared con Román. El centro perfecto del zurdo delantero encontró el testazo a la carrera del Tanque Silva para poner el 2 a 1.

La ventaja fue mínima. Es mínima. No queda margen de error para la revancha. Aun jugando mal, Boca pudo sacar adelante el partido, y ajustando algunos detalles puede sostener la diferencia. Porque si bien es exigua, es eso una diferencia a favor, que Boca puede hacer valer en Chile o en cualquier otro estadio.

BOCA: Orión 7; Sosa 5, Schiavi 5, Insaurralde 5, Clemente 5; Ledesma 6 (Rivero 4), Erbes 6 (Sánchez Miño), Erviti 6; Riquelme 7; Cvitanich 6 (Mouche 6), Silva 6

miércoles, 2 de mayo de 2012

A lo Boca




Con coraje, el Xeneize sostuvo el 1 a 0 hasta el final, aun jugando con dos jugadores menos. El gol de Silva fue el primero del uruguayo con la auriazul en La Bombonera. Otro arbitraje perjudicó al equipo de Falcioni.

Más complicado que en los papeles fue la victoria de Boca sobre Colón. Pero esa perturbación se dio, más que nada por la actuación de Federico Beligoy, quien expulsó a Insaurralde y a Clemente Rodríguez, por lo que el Xeneize terminó jugando con dos jugadores menos, por más de diez minutos en el complemento.

No fue una proeza lo de Boca, ya que enfrente estuvo un equipo que no supo tomar la responsabilidad de jugar con dos hombres más. O el Xeneize no lo dejó, con un trabajo solidario en todas sus formas.

No fue el mejor primer tiempo del equipo de Falcioni. El Sabalero insinuaba complicar con algún contragolpe, pero se quedó en eso, en insinuaciones. Más allá de un remate de Prediger. Boca empezó a adueñarse del desarrollo del cotejo. Pero llegó al gol de la forma menos pensada. Un contragolpe mortífero, perfectamente diseñado por Erviti, el centro perfecto de Cvitanich y la tijera fabulosa de Silva, para abrir el tanteador.

Cuando todo hacía suponer que con la ventaja, Boca se tranquilizaría, llegó la expulsión de Insaurralde, por roja directa, en una decisión apresurada porque el defensor en su afán de rechazar, una vez que lo hace, con el envión golpea al adversario. Con la desventaja numérica, el Xeneize solo resistió en el complemento.

El panorama se oscureció con otra roja. Esta vez de Clemente faltando diez minutos, por exceso verbal. Más allá del aprobio del defensor, Beligoy apenas después que lo amonestó, espero la excusa para echarlo. Con 9, Boca apostó a la resistencia con el apoyo de la gente que sostuvo al equipo. Colón se puso más nervioso, y le costó generar situaciones, aunque en la única Orión salvó al equipo. La expulsión de Moreno y Fabianesi para la visita solo sirvió para la estadística y solo para decir que el arbitraje fue completamente anti Boca, ya que las tres rojas fueron exageradas, pero esta fue la peor.

Con este resultado, el Xeneize quedó como único puntero con Velez como principal amenaza a un solo punto. Con los dos ocupados con la Copa, Newells aparece como un serio candidato, sobre todo si no hay un ganador cuando Boca reciba al Fortín. Pero en el medio, habrá otra fecha y los duelos de Copa que pueden repercutir en el físico y en lo anímico de los dos equipos. Pero esta victoria sin dudas levanta la moral para un conjunto que sigue su camino en los tres frentes y promete dar batalla en todos lados.

BOCA: Orión 7; Sosa 5, Schiavi 6, Insaurralde 5, Clemente 4; Ledesma 6, Erbes 6, Erviti 7; Riquelme 6 (Sánchez Miño); Cvitanich 6 (Caruzzo 6), Silva 7 (Blandi)

jueves, 26 de abril de 2012

Todo un parto




Boca venció por penales a Olimpo en una serie sin fin por 11 a 10. Mouche que marcó un golazo en los noventa minutos y acertó en el último penal. El uruguayo Sosa atajó dos penales y muchos chicos sin rodaje tuvieron que patear y no defraudaron.



Por el sufrimiento y porque Boca jugó con muchos  pibes, fue un verdadero parto. Pero cuando se sufre, más se goza al final. Por eso el festejo de estos chicos, que se recibieron de jugadores de Boca.  Pudieron ganar en la serie de penales, en una serie dramática por 11 a 10. Todos los jugadores tuvieron que patear, algunos con experiencia, otros con escaso rodaje y otros que debutaron esta noche misma de Catamarca, como fue el caso de Emanuel Insua, y ninguno titubeó. Tras el 1 a 1 en los 90, Boca pudo respirar recién cuando Mouche marcó el único tiro desde los doce pasos, como no podía ser de otra manera, la pelota entró con suspenso, ya que el buen arquero de Olimpo Ibáñez rozó el disparo.

Boca tardó mucho más de media hora para acomodarse en la cancha y hacer su juego. Chávez no está teniendo un gran semestre, salvo algunas excepciones como el duelo ante Estudiantes, y esto lo ratificó en la serie de penales, en los que erró dos remates. Pero en los 90, el Pochi no fue ese enlace que con vértigo maneja el equipo. La antítesis es Mouche de gran año, con goles en todas las competencias, y marcó un golazo en el partido, y no titubeó en la serie.

Sánchez Miño no fue tan decisivo en ataque pero siempre que se anima juega limpio y conciso. Otro que no anda bien es Rivero. No solo perdió el puesto por el nivel de Ledesma, sino que él se siente sin confianza. El Burrito cometió un torpe penal que complicó un duelo que iba con destino a victoria, porque Olimpo era tibio en ataque.

El Xeneize hizo su juego recién después del minuto 40 de la primera etapa. Mouche estuvo endemoniado e indescifrable pero faltó punch para definir.  Tanto en ese lapso, como en el primer cuarto de hora del complemento, Boca fue superior pero no generó tantas situaciones. Sin embargo, una buena jugada personal del zurdo delantero abrió el tanteador.

Con la locura que era el estadio, con record de público para la Copa Argentina y con gente en la montaña viendo el partido, poco hacía imaginar la levantada del elenco bahiense. Pero llego el tonto penal de Rivero, quien tropezó y tocó al rival. Penal cambiado por gol por Rolle.

Después de ahí, los juveniles volvieron a tomar las riendas del partido pero no pudieron definirlo. Sin oportunidades claras,  el camino fueron los penales. Erraron Rolle y Cháves dos enganches, pero después hubo veinte penales seguidos convertidos. Tuvieron que repetir los pateadores,  y los resultados fueron igual ya que los dos enlaces volvieron a marrar. Sin embargo, Franzoia disparó su tiro a las nubes y Mouche no perdonó.

BOCA: Sosa 7; Enzo Ruiz 6, Sauro 7, Caruzzo 6, Sánchez Miño 7; Rivero 4 (Emanuel Insua), Benavidez 7, G. Fernández 5 (Araujo); Chávez 5; Mouche 8, Blandi 6

Convirtieron para Boca: Mouche 2, Caruzzo, Araujo, Blandi, Sauro, E. Insua, S. Miño, E. Ruiz, S. Sosa y Benavídez.

Punto agridulce


Boca pudo ganarlo pero sumó una igualdad ante Belgrano que le sirve para mantenerse en la punta junto a Newell´s.

Fue realmente muy chato el partido en Córdoba, ni Boca pudo hacer su juego ni Belgrano se animó a atacar al campeón. El empate termina siendo un resultado lógico, pero de haber un ganador debió ser el Xeneize que intentó quedarse con los tres puntos.

No fue el mejor partido del conjunto de Falcioni. Fue uno de los que menos volumen de juego tuvo. También careció de profundidad. Riquelme estuvo bien controlado por los volantes locales. Sin embargo, Erviti se mostró más activo, que otras veces, ya que cuando está el 10, el marplatense toma un rol secundario. No obstante, el zurdo sacó un balazo que casi se le mete a Olave.

Pero cuando Boca se mostraba como leve superioridad, fue el Pirata el que golpeó primero.  La defensa quedó mal parada, y tras una serie de rebote, incluida una gran atajada de Orión, Matías Giménez encontró el rebote, y mando la pelota a la red.

Boca acusó el golpe y arrinconó a su adversario. Con más fuerza que fútbol, con más aproximaciones que jugada clara. Pero quedo claro que la ventaja parcial, con la que terminó el primer tiempo, era injusta.

El complemento arrancó con el cuadro de la ribera con la misma actitud. Riquelme en una versión más solidaria y activa a la hora de recuperar, le robó una pelota a Farré –el mismo que mandó al descenso a River-, y el 10 se la cedió a Silva, quien asistió a Erviti para que el ex San Lorenzo saque un zurdazo imponente.

El empate era justo. Boca fue más pero no fue el vendaval que era cuando perdía. Sacó el pie del acelerador, y solo tuvo una clara, cuando Silva cabeceó y Olave tuvo una atajada imponente abajo. Sin embargo, el ataque Xeneize empezó a languidecer, la defensa del anfitrión pudo respirar, y de a poco, salió sin complicar la noche a los defensores.

Ante un estadio Kempes, que tuvo su record de recaudación desde su reinaguración, Boca consiguió un punto que le sirve para mantenerse en lo más alto pero con la compañía molesta de Newell´s, un equipo que no tiene apellidos resonantes pero tiene una identidad de juego que le asoció el Tata Martino. Los leprosos y Vélez parecen los grandes rivales a la hora del título pero está todo muy parejo.

BOCA: Orión 6; Sosa 6, Schiavi 5, Insaurralde 6, Sánchez Miño 6; Ledesma 6, Erbes 6, Erviti 7; Riquelme 6; Cvitanich 5, Silva 6

jueves, 19 de abril de 2012

Destino Chile

Boca sufrió más de la cuenta para ganarle al modesto Zamora por 2 a 0 pero estuvo a punto de birlarle el primer puesto a Fluminense pero el cuadro brasileño derrotó sobre la hora en Sarandí. De esta manera, el Xeneize viaja al país trasandino para enfrentar a Unión Española.

Esos dos puntos perdidos en el debut en Venezuela. O esa derrota inmerecida ante Fluminense. Uno de esos dos motivos, fueron los que impidieron a Boca ser el líder del grupo. Pero estuvo a segundos porque el Flu no le ganaba a Arsenal hasta el último minuto, lo que ponía al Xeneize, con su 2 a 0, ante Zamora como líder y como uno de los cuatro mejores primeros, al menos. Pero llegó ese gol, y el equipo de Falcioni terminó como arrancó la jornada, escolta y clasificado sin contratiempos.

La cuarta victoria consecutiva en la fase de grupo fue previsible, pero tardó en llegar. Recién en los últimos veinte pudo doblegar a la Cenicienta de la Copa. El rival más débil del grupo, y tal vez el más pobre de toda la competición. Pero enfrentar a Boca, genera un plus, y si a eso le agregamos cierta parsimonia debido a que ya se estaba clasificado y en los papeles el rival era muy inferior, armaron un coctel que dejaron al Zamora cerca de un empate histórico, que aún eliminado iba a tener tinte de heroico.

Boca, más allá de su andar tranquilo, tuvo algunos errores tácticos como el de poner a Rivero, por izquierda, y al Pochi, otra vez como carrilero  y por derecha. Lo más lógico hubiese sido intercambiar esos roles. Tal vez puso al Burrito para ayudar a Sánchez Miño en la recuperación, pero el volante zurdo, ha hecho las cosas bastante bien, como para pensar que podía detener a los timoratos avances visitantes.

Sin embargo, un error de Caruzzo, le permitió a los venezolanos quedar cara a cara con Sosa. Pero el delantero definió mal. Otra salida a destiempo del defensor, provocó una grieta en el centro pero esta vez fue bien abortada por el seguro arquero. Esas fueron solo dos jugadas aisladas. Boca fue más, con la presencia de Mouche, quien tuvo libertades por derecha como pocas veces.

Si el Xeneize no se puso en ventaja, fue porque no pisó el acelerador. El Pochi terminaba todas las jugadas mal, y Blandi no estuvo fino en la definición. En el complemento, se agudizó el mal desempeño de Boca, que no tuvo tanto espacio a la hora de atacar. Zamora se sintió cerca de la hazaña y mordió en cada pelota.

Empatar hubiese sido casi un papelón. Tal vez menguado por el hecho de jugar con la tranquilidad de estar clasificado. El gol llegó de una forma polémica. Centro de Sosa, Araujo se la bajó con la mano a Blandi, quien definió perfecto. Tan cierto como que el gol debió ser convalidado por la intención del delantero de dar el manotazo, es que también le estaba haciendo falta.

Al rato, llegó el segundo gol. Araujo bajó muy bien una pelota con la cabeza, para la aparición de Riquelme para liquidar la historia que ya estaba sentenciada en el momento del primer gol. El Xeneize no hizo mas goles solo porque no quiso. El 2 a 0 lo dejaba líder pero en Sarandí hubo más noticias. El gol de Fluminense puso al conjunto carioca como el mejor de toda la clasificación. Lo fue solo en resultado, porque en Buenos Aires ganó siendo superado por Boca, y en Río el Xeneize mostró su estirpe y supo derrotarlo. Eso es lo que más tranquilo nos puede dejar. Si el mejor de la primera fase, fue un combinado al que Boca ya derrotó, Boca no es menos que nadie. Y ahora empieza la verdadera Copa. Unión Española de Chile nos espera.

BOCA: Sosa 6; Franco Sosa 6, Sauro 6, Caruzzo 5, Sanchez Miño 6; Chavez 5, Erbes 6, Rivero 5; Riquelme 7; Mouche 6 (Araujo 7), Blandi 7




martes, 17 de abril de 2012

Laverni 2-Boca 1

El Xeneize cayó en Victoria ante Tigre pero otro hubiese sido el resultado con otro arbitro que cobró dos faltas inexistentes que terminaron en los tantos del local y anuló un gol polémico de Ledesma con el partido igualado.

Boca perdió 2 a 1 ante Tigre y ya no es más el único líder del torneo, ya que ahora la acompaña el sorprendente Newell´s en la cima. La derrota se dio por errores del arbitro pero también por fallas propias, tanto táctica como individuales. Sin embargo, luego de jugar en la semana la caída no es para dramatizar pero sin para tener un baño de realidad, ya que pelear en los tres frentes va a ser complicadísimo.

Sin Riquelme y sin Chavez, Falcioni volvió a su esquema fetiche 4-4-2 pero puso a Mouche, como volante carrilero en lo que fue tal vez un premio para que el sorprendente goleador recupere la titularidad pero terminó siendo un desacierto porque no fue ni delantero ni mediocampista, fue un híbrido que tocó pocas veces la pelota, y no sintió el retroceso. Lo mejor hubiese sido ubicar a Sánchez Miño, una de las revelaciones del equipo, y que juegue en su puesto natural.

Poco había pasado en la primera media hora, hasta que Laverni le simplificó todo a Tigre, al cobrar una falta inexistente a Luna, en la puerta del área. El remate de Diego Morales fue fantástico y el Matador que venía de tres derrotas seguidas, pegó el primer grito de la tarde noche. A Boca le costó la transición defensa-ataque ya que no dispuso de un enganche.

Pasó poco más en esa etapa y en el complemento, Boca fue con más ganas que fútbol y pudo haber sufrido alguna contra, pero al local le faltó profundidad. Recién a partir de los veinte el ataque Xeneize fue más consistente. Y llegó al empate, gracias a Insaurralde. Faltaban diez y pudo ganarlo pero enfrente estaba Laverni.

Ledesma tuvo el segundo gol, definió bárbaro ante Javier García pero el referí supuso que se llevó la pelota con la mano intencionalmente. Nadie de Tigre había levantado aunque sea la mano, pero Laverni paró la jugada. Minutos después ya en el epílogo, volvió a cobrar una falta cerca del área –esta vez tiene al menos el beneficio de la duda-. El centro venenoso encontró la cabeza de Schiavi que descolocó a Orión y marcó el gol de la derrota en una fatalidad.

Boca que hizo poco, mereció al menos el empate, y lo siguió yendo a buscar, más allá de que solo quedaba el tiempo de descuento. Tuvo la igualdad, pero Echeverría salvo en la línea. No fue la tarde de Boca. Tampoco del arbitro Laverni. O sí. Vaya a saber uno si lo hizo adrede o no. Lo cierto es que las únicas dos veces que este juez arbitró al Xenieze a lo largo de la temporada, perdió.

No es para dramatizar. Boca perdió pero sigue arriba –pero con compañía- falta la mitad del torneo y habrá que ver si puede luchar en los dos frentes –el torneo y la Libertadores, en la Copa Argentina se supone que irá un equipo alternativo-. Jugando mal no mereció perder. Regaló un tiempo. Pero todavía está a tiempo de cometer errores tácticos de entrada.

viernes, 13 de abril de 2012

Siamo dentro




Boca se clasificó en Brasil, al superar por 2 a 0 a Fluminense en una contundente actuación. El equipo todavía puede ganar el grupo la semana que viene y así escalar posiciones en la tabla general.

Lejos quedó la imagen tragicómica de Venezuela, en la que Falcioni casi deja el equipo. También atrás en el tiempo, bien atrás, ese semana de derrotas injustas y ese primer tiempo con Arsenal, en Sarandí, en el que Boca coqueteó con la eliminación. Pero reajustó el camino, y finalmente, con una actuación solida y contundente, se vengó de Fluminense, lo derrotó 2 a 0, y se clasificó a la siguiente ronda.

Futbolísticamente Boca no brilló. Cuando no esta Riquelme, es difícil que eso suceda. El Pochi no tuvo un gran actuación en ofensiva. Si mostró una cuota de sacrificio importante. Lo mismo que Ledesma, y, sobretodo, Erbes, quien no había tenido una buena actuación ante Argentinos, el domingo en la Bombonera.

El Xeneize supo maniatar a Deco y a Thiago Neves, y a los laterales. No sufrió tanto en defensa y si bien casi no inquietó en ataque, hizo bien los deberes. La única llegada fue el gol de Cvitanich, Silva anticipó a su marcador, y el ex delantero de Ajax definió espectacular, pese a la embestida del marcador.

Muy atrás estuvo Boca en el inicio del complemento. Bien metido atrás no dejó espacios para que el rival lastime. Deco, un crack de estirpe mundial, nunca apareció y el cuadro carioca lo sintió. Hasta que llegó el segundo gol Xeneize, gracias a un centro de Mouche que encontró la aparición fantasmal de Sánchez Miño.

Parecía situación liquidada, pero Boca se confió, fue a buscar más, y quedó mal parado en un contragolpe, que terminó con la falta de Schiavi. Orión, la figura, quien no era un atajador de penales llegó al club y ya atajó dos importantes –el de ayer y contra Santamarina-. El resto dejó a Boca clasificado y con chances de ganar el grupo.

Finalizar primero o segundo no cambia mucho, si este equipo tiene una buena tarde puede eliminar a cualquiera en cualquier instancia. Este equipo sabe de hazañas. Pero sería bueno, terminar arriba para definir alguna vez de local, en ese templo que asusta rivales. Pero lo dicho, el acceso a las distintas rondas dependerá mucho de lo que haga Boca, sin importar el rival o el escenario.

BOCA: Orión 8; Roncaglia 6, Schiavi 6, Insaurralde 7, Clemente 6; Ledesma 6, Erbes 6, Erviti 5 (Sánchez Miño 7), Chavez 5 (Rivero); Cvitanich 7 (Mouche 6), Silva 5

miércoles, 11 de abril de 2012

Sólo la victoria y la punta

Boca apenas derrotó 2 a 1 a Argentinos, sin jugar bien, pero logró un triunfo merecido. Arrancó perdiendo desde los 2 minutos, pero lo pudo dar vuelta con goles de Insaurralde y Cvitanich.

No fue una gran actuación de Boca. Lejos estuvo de serlo. Pero sumó tres puntos importantes que le permite volver a la victoria como local por el torneo doméstico y mantener la punta del certamen –incluso sacó más ventaja sobre su nuevo escolta, Arsenal, que figura a dos unidades-.

Lo dicho, la actuación estuvo por debajo de las expectativas. Tal vez, se suba el parámetro tras la sólida goleada sobre Estudiantes, pero ante Argentinos, si bien fue superior y mereció la victoria no jugo bien. Con Roman en un nivel mediocre,  comparándolo con lo que nos tenía acostumbrado, a Boca le cuesta.

Sin Somoza, Boca no tuvo un patrón en el medio. Erbes no pudo reemplazarlo, y así se perdió el eje. Incluso, el joven mediocampista perdió la marca, a los dos minutos, en una pelota parada, y Pablo Hernández la punteó para derrotar a Orión. Otra vez, el Xeneize sufría por no tener a un jugador en el primer palo.

Y al equipo de Falcioni le costó tener la serenidad para generar juego. Riquelme estuvo bien neutralizado y recién a la media hora empezó a mover el avispero y a perturbar al portero del Bicho, que estuvo seguro y atajó varias pelotas difíciles como a Cvitanich. Pero falló en una sola en el primer tiempo, cuando agonizaba esta etapa, se la dejó muerta a Insaurralde y el defensor pudo por fin marcar un gol después de un año y medio.

En el complemento, el cuadro de la ribera fue todavía más superior. Pero recién pudo doblegar con un cabezazo de Cvitanich –en posición adelantada-. Minutos después llegó la expulsión de Berardo y, prácticamente el Bicho no inquietó más. Eso si, el Xeneize no pudo liquidarlo. No supo como hacerlo y terminó sufriendo hasta el último minuto.

Lo importante es que sólo ganó Arsenal entre los perseguidores. Por lo tanto, aumentó su diferencia sobre su único escolta, que ahora es el cuadro del Viaducto –justamente su enemigo en la clasificación a la siguiente etapa de la Libertadores- . Ni Ñuls, ni Velez ni Estudiantes ganaron. Todo marcha bien en el torneo, cuando estamos llegando a la mitad del certamen.

BOCA: Orión 5; Roncaglia 6, Schiavi 6, Insaurralde 7, Clemente 6; Ledesma 6, Erbes 5, Erviti 5, Riquelme 6; Cvitanich 7, Silva 4

viernes, 6 de abril de 2012

"Silvando" alto

Boca goleó a Estudiantes por 3 a 0, le quitó la punta y es el único líder del torneo. Además el Pelado oriental marcó su primer gol en el club, y Ledesma y Mouche completaron la faena. Fue el mejor partido del Xeneize del campeonato.

Hace mucho que Boca no jugaba así. Para buscar un partido mejor que este, tendríamos que remontarnos a la victoria con Colón, el torneo pasado. Pero el triunfo del sábado, toma otra dimensión, por ser ante el puntero, hasta ese momento, Estudiantes y en el estadio Unico. Fue un 3 a 0, contundente y justo.

Después de su actuación ante Arsenal, a Santiago Silva, solo le faltaba el gol, tarea en la que tardó ocho minutos en romper el maleficio. Después de ahí, fue todo de Boca, salvo en algún momento, en el que el Pincha intentó con Enzo Pérez o la Gata Fernández. Pero nunca pasó grandes sobresaltos.

El Pochi jugó su mejor partido en el año. Erviti acompañó. Somoza fue un león, recuperando pelotas claves, como en los dos últimos goles. Ledesma volvió a mojar, tras un pase bárbaro de Chavez. Cvitanich también volvió y demostró que es un jugador que tiene que seguir en la institución.

Muy bueno fue el partido de la dupla central y el arquero, quienes volvieron a ser los del torneo pasado. Excelente partido de Sánchez Miño, seguro en defensa, justamente su rubro más flojo, y convencido en ataque. El 2 a 0 fue justo en el primer tiempo.

En el complemento, Boca le entregó la pelota al local, pero estuvo esperando la contra mortífera. No pudo liquidar Cvitanich. Mouche perdonó en una pero en la siguiente, tras otro pase riquelmeano de Silva, sentenció la historia. Todavía quedaba veinte minutos, pero la victoria y la punta estaban aseguradas.

BOCA: Orión 7; Sosa 6, Schiavi 7, Insaurralde 7, Sánchez Miño 7; Ledesma 8, Somoza 8, Erviti 6, Chavez 8 (Guillermo Fernández); Cvitanich 7 (Mouche 7), Silva 9 (Blandi)


sábado, 31 de marzo de 2012

Mística Xeneize

Boca sacó su estirpe a relucir, cuando quedó con diez jugadores, y derroto 2 a 0 a Arsenal, con goles de Ledesma y Sanchez Miño. El conjunto de Falcioni quedó al borde de la clasificación.

El 14 de febrero fue el día de regreso físico de Boca a la Copa Libertadores, después de tres años de ausencias. Pero el verdadero retorno, fue este jueves, en La Bombonera. Boca, que había jugueteado con la temprana eliminación la fecha pasada, estaba contra las cuerdas, porque el empate servía poco, y la expulsión de Somoza complicó el panorama. Pero finalmente, el Xeneize sacó a relucir, su mítica, y sacó a flote un duelo dificilísimo y consiguió un triunfo vital, que lo deja a medio paso de la clasificación.

El Xeneize no esta jugando bien, cuando Somoza fue expulsado, por doble amarilla. Otra vez un jugador expulsado en la misma cancha de Boca. La situación se tornó apremiante y complicada. Pero ahí nació otro partido.  Todos se pusieron el overol. Erviti fue de cinco, Mouche y Roman ocupaban el espacio de volante por izquierda, alternadamente.

Las situaciones no existieron a lo largo del primer tiempo. Y cuando los dos elencos se estaban acomodando.  Silva tiró un taco, que habilitó a Román para que definiera con clase, Campestrini dio un rebote corto, y Ledesma, rápido y vivo, que estaba casi fuera del área, irrumpió en el área chica y, de atropellada, puso el 1 a 0.

A partir, de ahí, Arsenal tuvo la pelota pero nunca pudo quebrar el cerrojo. Boca aguantó como pudo, hasta que a los 44, otra vez Silva apareció. Un rechazo de Clemente, lo encontró cerca, y pudo dominar la pelota, encaró, y habilitó a Sánchez Miño, quien ingresó al área, y liquidó el pleito. La clasificación quedó ahí. Puede clasificarse con un empate en Brasil, si Arsenal no gana en Venezuela.

Realmente no jugó bien Boca. Este equipo parece empecinado a ganar cuando juega mal. Y no triunfar cuando brilla. Otra vez jugó mal. En los últimos seis partidos, Boca salió victorioso en tres de ellos pero en ninguno hizo un trabajo fabuloso –tal vez en el primer tiempo, con los sanjuaninos mereció más suerte, pero en el momento que se puso en ventaja, no estaba haciendo nada para que eso suceda-. En los otros tres, no mereció perder con Fluminense e Independiente, y el empate ante Lanús fue ciclotímico con momentos brillantes de Riquelme y otros en los que la parsimonia general eran preocupante.  Saber, que el equipo sabe jugar bien, es lo que tranquiliza, porque si la clasificación se asegura, el conjunto de Falcioni tiene con que hacer frente en una copa en el que el mejor combinado, al menos, a nivel resultado es Fluminense, equipo con el que no mereció caer de ninguna manera. Por eso, todo puede cambiar en octavos, instancia a la que solo falta un paso para abrochar el boleto.

BOCA: Orión 7; Roncaglia 5, Schiavi 7, Insaurralde 7, Clemente 6; Ledesma 7, Somoza 4, Erviti 6; Riquelme 7; Mouche 6, Silva 8


jueves, 29 de marzo de 2012

Se le escapó la tortuga



Boca tenía todo para volver a ser único puntero, ganaba 2 a 0 en La Bombonera, pero se relajó y Lanús se lo empató y casi pierde.

Las derrotas ante Fluminense e Independiente, esta última sobre todo, han dejado sus secuelas que se pone en manifiesto, en el bajón anímico que presenta este equipo. Ante el primer bofetazo se cae, y eso ocurrió tras el descuento de Lanús sobre el epílogo del primer tiempo, y luego con el empate rápido se profundizó.

Riquelme cada vez esta más solo. Rivero no es el mismo. Clemente no influye tanto. Y Erviti bajó su nivel sustancialmente a lo que era el torneo pasado. Silva tiene la mira torcida, pero en el cotejo del domingo, casi no tuvo ninguna clara. Con este panorama, el único socio que tiene Román, aunque parezca mentira, es Mouche, uno de los goleadores del equipo.

Todo lo que hizo el Xeneize en el primer tiempo, tuvo como eje principal al Diez. Sus arranques fueron casi del mejor Riquelme, como en la jugada previa al córner del primer gol, o algunas jugadas más, arrancando casi en la mitad de la cancha. Ni Fritzler ni Pizarro pudieron contenerlo. Y llegaron las emociones, luego de un primer tiempo bastante parejo, con una leve supremacía del local.

Primero Mouche puso el 1 a 0, tras un pared con Román, tiró un centro que se le metió a Marchesin. Minutos después, Riquelme y Silva armaron una buena jugada, le trabaron justo el remate a Mouche, y el rebote le quedó al Diez, para poner el segundo. Parecía cosa juzgada al menos en ese período.

Pero Boca volvió a pecar de ingenuo. Un centro desde la derecha, encontró solo a Pavone, quien descontó. Eso ocurrió a los 44, en la última jugada fue a buscar el tercero, quedó mal parada, y Valeri, mano a mano con Orión, se dejó anticipar. En el complemento, Boca tardó en salir, e igual salió dormido en defensa.

Pavone tuvo el empate pero Orión lo evitó. Después atajadas el uno se equivocó feo como nunca desde que esta en Boca, salió mal en el córner siguiente, y Goltz no perdonó. Así definitivamente, el Xeneize se fue del partido. Como Clemente que se fue de boca, y Pezzota lo echó, en una situación algo apresurada.

Lo tuvo para ganar Lanús pero no se animó del todo. A Román se le agotaron las piernas. Y si el DT no está en condiciones este Boca no puede. El empate no fue un resultado trágico. En la última media hora, por más que al Granate le faltó decisión, el Xeneize estuvo más cerca de ganarlo que perderlo. Las derrotas de Tigre y Vélez, hacen que se pueda valorar la igualdad, siempre y cuando se sume, al menos, en La Plata, ante el nuevo puntero, Estudiantes, que se ubica a un solo punto.

SINTESIS

BOCA: Orión 5; Roncaglia 5, Schiavi 5, Insaurralde 5, Clemente 4; Rivero 4 (Ledesma), Somoza 5, Erviti 4 (Sánchez Miño 5), Riquelme 7; Mouche 6 (Chávez), Silva 5

martes, 20 de marzo de 2012

Todo se encarrila de nuevo

Boca volvió a la victoria también en el torneo local. Fue más que los sanjuaninos pero no le sobró nada. El único gol lo hizo Erviti. Con este resultado, el Xeneize quedó a una unidad del puntero, Tigre.



Sin jugar bien, es cierto, pero Boca logró un trabajado como justo triunfo que le permite volver a creer en si mismo. Para empezar a dejar atrás, esa tormenta que se desató tras las derrotas ante Fluminense e Independiente. Todo empezó amoldarse en el segundo tiempo ante Arsenal por la copa, y contra San Martín de San Juan, por el torneo doméstico supo volver a ser, solo por momentos, ese equipo que no regalaba nada.

En los primeros quince minutos, el Xeneize fue superior y no se puso en ventaja rápidamente debido a la impericia de Mouche, quien dilapidó dos situaciones serias; la primera, con un cabezazo al travesaño, y la segunda con otro frentazo que se fue apenas desviado. Después los sanjuaninos emparejaron, con el trabajo de Afranchino y de Poggi, pero en el último cuarto, otra vez prevaleció Boca. Otra vez Mouche, definió mal. No obstante, el zurdo delantero no tendrá como uno de sus atributos la definición pero es el atacante más peligroso del equipo de Falcioni.

Fue otro capítulo de la sequía de Santiago Silva, quien encontró como socio a Roncaglia, quien sube poco, pero hace ruido cuando lo hace con decisión. Dos centros del zaguero devenido en lateral, estuvieron cerca de ayudar a desvirgar al rutilante centrodelantero. Primero, su cabezazo dio en la espalda de Grabinsky, y en la segunda, ya en el complemento, su frentazo se fue apenas al lado del palo.

Luego de la salida de Mouche, Boca perdió pesó en el área pero el local inquietaba poco y nada. Hasta que se juntaron dos de los peores jugadores de la tarde noche. Chavez asistió a Erviti, quien pisó el área, y clavó el 1 a 0. Necesario para el ex volante de Banfield, quien no venía jugando bien pero después de esa jugada empezó a participar más. Lo mismo que el Pochi.

No obstante, Boca se refugió muy atrás. Tal vez por el miedo de que le pase lo mismo que con el Rojo. Pero fue peligroso, darle el esférico al Verdinegro pero a este combinado le faltaron ideas. Suerte para Boca, que pudo sostener la victoria que le permite quedar como escolta, y quedar a un solo punto del sorprendente líder Tigre.

SINTESIS

Boca: Orión 6; Roncaglia 6 (Franco Sosa), Schiavi 6, Insaurralde 6, Sánchez Miño 6; Ledesma 6, Somoza 7, Erviti 6; Chavez 5 (G. Fernández); Mouche 6 (Araujo 5), Silva 5