jueves, 29 de noviembre de 2012

Así te queremos ver



Boca sacudió el sueño de Racing pero lo más importante el nivel que tuvo el equipo, que da para esperar con ilusiones el 2013.


Otro sería el Sprint final de Boca en el campeonato si Erviti no hubiese empatado el clásico sobre la hora. Aquel empate termina siendo bisagra para los dos equipos. Hoy River pena y se quedó sin técnico –si es que Almeyda alguna vez lo fue-, mientras que Boca de a poco se empieza a reconstruir.
Aquel triunfo sobre San Lorenzo había parecido un espejismo tras la frustrante final de la Supercopa y los amargos empates ante Colón y Newell´s –con buen primer tiempo-. Pero la victoria sobre Velez trajo la tranquilidad de los tres puntos para encarar el duelo con Racing. Un equipo que venía mucho más inflado de lo que realmente es.
Hay méritos de Falcioni en esta levantada, es cierto. Pero también hubo defectos del entrenador que provocaron que Boca prácticamente quede afuera de la lucha a mitad de torneo y que haya echo un primer tiempo en el superclásico que rozó el papelón. Insistir con Chavez, es un claro ejemplo.
Uno de los responsables de este envión es sin dudas Leandro Paredes, que con atrevimiento, ya marcó más goles en el torneo que Viatri por citar algún caso. El pibe, pese a no jugar en su puesto de enganche, se esmera para dar que hablar y ser la esperanza del futuro de la institución.
El otro caso impactante es el de Erbes. Finalmente, Falcioni sacó a uno de sus protegidos, Somoza. Lo hizo primero por suspensión, después por lesión. A Erbes le bastó un partido, contra San Lorenzo, para demostrar que puede ser el cinco de Boca. Dinámica y despliegue le aportó al mediocampo, además de buena ubicación y pase a los compañeros, algo que parece natural y simple pero que el ex Velez hace mucho que no lo hacía.
La tercera pata del trípode en el que Boca se apoyó para encarrilar su rumbo es Guillermo Fernández. Tal vez sea injusto, nombrarlo en tercer lugar, porque es el mas regular. Le aporta también profundidad, y buen juego, algo que los experimentados Rivero y Ledesma no le podían aportar.
Erviti y Silva son soldados de Falcioni. Y se están sintiendo cada vez más cómodos en su rol de líder. Algo que deberá caer en ellos, y en Orión, ahora que se va Schiavi. Por eso, más allá de las actuaciones sólidas de Caruzzo y Guillermo Burdisso, el Xeneize necesita un caudillo en el fondo.
Cuando el Laucha Acosta no jugaba todos esperaban que le diera el vértigo que Boca necesitaba. Hasta el partido con la Academia, el ex Lanus solo había demostrado insinuaciones en los cotejos que ingresó desde el banco de suplentes (Independiente por la Sudamericana, Estudiantes o River). Tiene el crédito abierto, porque es el mejor socio que puede tener Silva, y sobretodo, porque el físico no lo ayudó.
A los que se les acabó el crédito es a Cellay y al Pochi Chavez. Somoza, lugarteniente del DT, deberá aceptar su rol de suplente sea quien fuera el entrenador. En cambio, Clemente, Viatri, Rivero y Ledesma (los mas experimentados del clan riquelmista), deberán subordinar a esa misma situación, con excepción del tres, quien por ahora, más que por descarte que por otra cosa, debe continuar en el inicial.
La frescura de los tres juveniles le da a Boca otra forma de encarar el año que viene. Si bien, las matemáticas todavía dan la lucha al título como posible, lo cierto es que la situación es complicada. Lo mejor es esperar a 2013, con estos chicos, algún refuerzo de categoría, sumado  Sánchez Miño afuera por lo menos hasta marzo de las canchas (sería casi una incorporación más). Además es hora que también tengan su oportunidad Cristian Alvarez, Orfano, Marin, Fragapane. Todos juveniles para seguir abasteciendo hasta que Boca que construye Pared por pared para ser otra vez protagonista.