sábado, 31 de marzo de 2012

Mística Xeneize

Boca sacó su estirpe a relucir, cuando quedó con diez jugadores, y derroto 2 a 0 a Arsenal, con goles de Ledesma y Sanchez Miño. El conjunto de Falcioni quedó al borde de la clasificación.

El 14 de febrero fue el día de regreso físico de Boca a la Copa Libertadores, después de tres años de ausencias. Pero el verdadero retorno, fue este jueves, en La Bombonera. Boca, que había jugueteado con la temprana eliminación la fecha pasada, estaba contra las cuerdas, porque el empate servía poco, y la expulsión de Somoza complicó el panorama. Pero finalmente, el Xeneize sacó a relucir, su mítica, y sacó a flote un duelo dificilísimo y consiguió un triunfo vital, que lo deja a medio paso de la clasificación.

El Xeneize no esta jugando bien, cuando Somoza fue expulsado, por doble amarilla. Otra vez un jugador expulsado en la misma cancha de Boca. La situación se tornó apremiante y complicada. Pero ahí nació otro partido.  Todos se pusieron el overol. Erviti fue de cinco, Mouche y Roman ocupaban el espacio de volante por izquierda, alternadamente.

Las situaciones no existieron a lo largo del primer tiempo. Y cuando los dos elencos se estaban acomodando.  Silva tiró un taco, que habilitó a Román para que definiera con clase, Campestrini dio un rebote corto, y Ledesma, rápido y vivo, que estaba casi fuera del área, irrumpió en el área chica y, de atropellada, puso el 1 a 0.

A partir, de ahí, Arsenal tuvo la pelota pero nunca pudo quebrar el cerrojo. Boca aguantó como pudo, hasta que a los 44, otra vez Silva apareció. Un rechazo de Clemente, lo encontró cerca, y pudo dominar la pelota, encaró, y habilitó a Sánchez Miño, quien ingresó al área, y liquidó el pleito. La clasificación quedó ahí. Puede clasificarse con un empate en Brasil, si Arsenal no gana en Venezuela.

Realmente no jugó bien Boca. Este equipo parece empecinado a ganar cuando juega mal. Y no triunfar cuando brilla. Otra vez jugó mal. En los últimos seis partidos, Boca salió victorioso en tres de ellos pero en ninguno hizo un trabajo fabuloso –tal vez en el primer tiempo, con los sanjuaninos mereció más suerte, pero en el momento que se puso en ventaja, no estaba haciendo nada para que eso suceda-. En los otros tres, no mereció perder con Fluminense e Independiente, y el empate ante Lanús fue ciclotímico con momentos brillantes de Riquelme y otros en los que la parsimonia general eran preocupante.  Saber, que el equipo sabe jugar bien, es lo que tranquiliza, porque si la clasificación se asegura, el conjunto de Falcioni tiene con que hacer frente en una copa en el que el mejor combinado, al menos, a nivel resultado es Fluminense, equipo con el que no mereció caer de ninguna manera. Por eso, todo puede cambiar en octavos, instancia a la que solo falta un paso para abrochar el boleto.

BOCA: Orión 7; Roncaglia 5, Schiavi 7, Insaurralde 7, Clemente 6; Ledesma 7, Somoza 4, Erviti 6; Riquelme 7; Mouche 6, Silva 8


jueves, 29 de marzo de 2012

Se le escapó la tortuga



Boca tenía todo para volver a ser único puntero, ganaba 2 a 0 en La Bombonera, pero se relajó y Lanús se lo empató y casi pierde.

Las derrotas ante Fluminense e Independiente, esta última sobre todo, han dejado sus secuelas que se pone en manifiesto, en el bajón anímico que presenta este equipo. Ante el primer bofetazo se cae, y eso ocurrió tras el descuento de Lanús sobre el epílogo del primer tiempo, y luego con el empate rápido se profundizó.

Riquelme cada vez esta más solo. Rivero no es el mismo. Clemente no influye tanto. Y Erviti bajó su nivel sustancialmente a lo que era el torneo pasado. Silva tiene la mira torcida, pero en el cotejo del domingo, casi no tuvo ninguna clara. Con este panorama, el único socio que tiene Román, aunque parezca mentira, es Mouche, uno de los goleadores del equipo.

Todo lo que hizo el Xeneize en el primer tiempo, tuvo como eje principal al Diez. Sus arranques fueron casi del mejor Riquelme, como en la jugada previa al córner del primer gol, o algunas jugadas más, arrancando casi en la mitad de la cancha. Ni Fritzler ni Pizarro pudieron contenerlo. Y llegaron las emociones, luego de un primer tiempo bastante parejo, con una leve supremacía del local.

Primero Mouche puso el 1 a 0, tras un pared con Román, tiró un centro que se le metió a Marchesin. Minutos después, Riquelme y Silva armaron una buena jugada, le trabaron justo el remate a Mouche, y el rebote le quedó al Diez, para poner el segundo. Parecía cosa juzgada al menos en ese período.

Pero Boca volvió a pecar de ingenuo. Un centro desde la derecha, encontró solo a Pavone, quien descontó. Eso ocurrió a los 44, en la última jugada fue a buscar el tercero, quedó mal parada, y Valeri, mano a mano con Orión, se dejó anticipar. En el complemento, Boca tardó en salir, e igual salió dormido en defensa.

Pavone tuvo el empate pero Orión lo evitó. Después atajadas el uno se equivocó feo como nunca desde que esta en Boca, salió mal en el córner siguiente, y Goltz no perdonó. Así definitivamente, el Xeneize se fue del partido. Como Clemente que se fue de boca, y Pezzota lo echó, en una situación algo apresurada.

Lo tuvo para ganar Lanús pero no se animó del todo. A Román se le agotaron las piernas. Y si el DT no está en condiciones este Boca no puede. El empate no fue un resultado trágico. En la última media hora, por más que al Granate le faltó decisión, el Xeneize estuvo más cerca de ganarlo que perderlo. Las derrotas de Tigre y Vélez, hacen que se pueda valorar la igualdad, siempre y cuando se sume, al menos, en La Plata, ante el nuevo puntero, Estudiantes, que se ubica a un solo punto.

SINTESIS

BOCA: Orión 5; Roncaglia 5, Schiavi 5, Insaurralde 5, Clemente 4; Rivero 4 (Ledesma), Somoza 5, Erviti 4 (Sánchez Miño 5), Riquelme 7; Mouche 6 (Chávez), Silva 5

martes, 20 de marzo de 2012

Todo se encarrila de nuevo

Boca volvió a la victoria también en el torneo local. Fue más que los sanjuaninos pero no le sobró nada. El único gol lo hizo Erviti. Con este resultado, el Xeneize quedó a una unidad del puntero, Tigre.



Sin jugar bien, es cierto, pero Boca logró un trabajado como justo triunfo que le permite volver a creer en si mismo. Para empezar a dejar atrás, esa tormenta que se desató tras las derrotas ante Fluminense e Independiente. Todo empezó amoldarse en el segundo tiempo ante Arsenal por la copa, y contra San Martín de San Juan, por el torneo doméstico supo volver a ser, solo por momentos, ese equipo que no regalaba nada.

En los primeros quince minutos, el Xeneize fue superior y no se puso en ventaja rápidamente debido a la impericia de Mouche, quien dilapidó dos situaciones serias; la primera, con un cabezazo al travesaño, y la segunda con otro frentazo que se fue apenas desviado. Después los sanjuaninos emparejaron, con el trabajo de Afranchino y de Poggi, pero en el último cuarto, otra vez prevaleció Boca. Otra vez Mouche, definió mal. No obstante, el zurdo delantero no tendrá como uno de sus atributos la definición pero es el atacante más peligroso del equipo de Falcioni.

Fue otro capítulo de la sequía de Santiago Silva, quien encontró como socio a Roncaglia, quien sube poco, pero hace ruido cuando lo hace con decisión. Dos centros del zaguero devenido en lateral, estuvieron cerca de ayudar a desvirgar al rutilante centrodelantero. Primero, su cabezazo dio en la espalda de Grabinsky, y en la segunda, ya en el complemento, su frentazo se fue apenas al lado del palo.

Luego de la salida de Mouche, Boca perdió pesó en el área pero el local inquietaba poco y nada. Hasta que se juntaron dos de los peores jugadores de la tarde noche. Chavez asistió a Erviti, quien pisó el área, y clavó el 1 a 0. Necesario para el ex volante de Banfield, quien no venía jugando bien pero después de esa jugada empezó a participar más. Lo mismo que el Pochi.

No obstante, Boca se refugió muy atrás. Tal vez por el miedo de que le pase lo mismo que con el Rojo. Pero fue peligroso, darle el esférico al Verdinegro pero a este combinado le faltaron ideas. Suerte para Boca, que pudo sostener la victoria que le permite quedar como escolta, y quedar a un solo punto del sorprendente líder Tigre.

SINTESIS

Boca: Orión 6; Roncaglia 6 (Franco Sosa), Schiavi 6, Insaurralde 6, Sánchez Miño 6; Ledesma 6, Somoza 7, Erviti 6; Chavez 5 (G. Fernández); Mouche 6 (Araujo 5), Silva 5

jueves, 15 de marzo de 2012

¡Boca vive!



El equipo de la ribera le ganó a Arsenal en Sarandí por 2 a 1 luego de estar perdiendo y dio el primer paso hacia una clasificación que se había complicado prematuramente.

Durante treinta minutos, Boca estuvo al borde del colapso. Perdía 1 a 0 y quedaba muy lejos del segundo del grupo, Arsenal, pero alcanzó el empate antes del fin del primer período, y luego sin jugar bien, alcanzó la victoria necesaria por 2 a 1, con la que desbarrancó a su rival de la posición de escolta, y quedó bien posicionado. Pero claro, después  de todo lo que pasó en la última semana, hay que ser cautos.

Es que el Xeneize no jugó bien en Sarandí. De hecho fue superado por momentos, como tal vez no lo había hecho ni Fluminense ni Independiente. Otra vez antes de los diez minutos, perdía. Esta vez, fue Clemente el que ajustició a Orión en un autogol que demuestra la falta de confianza que tiene este equipo en estos momentos.

Por los costados, el colombiano Carbonero, sobretodo, y Aguirre complicaron a Boca, que no hacía pie en la mitad de la cancha. Ni Somoza ni mucho menos los volantes laterales tuvieron una buena primera parte. Por ende, la pelota pasó poco por Riquelme. Sin embargo, Román se vistió de Palermo, bajó un centro de Rivero a Silva, a quien anticiparon los defensores, y Mouche, de derecha, no perdonó.

El empate fue un duro golpe para el anfitrión que decayó su nivel, y no complicó como lo había hecho anteriormente.  Pero Boca nunca tuvo vuelo futbolístico como para lastimar la segura defensa local. Silva sigue peleado con el arco.

En el complemento, el Xeneize tuvo otra actitud. Fue a buscar la victoria. Riquelme pasó a tomar más tiempo la pelota. Somoza levantó y los laterales empezaron a subir más. Hasta que llegó el gol de Ledesma. Un verdadero calco, al gol de Pablo ante Independiente. Pase milimétrico de Román para el desborde de Clemente, quien tiró el centro para la aparición del cordobés.

Fue un gol que sirvió para traer algo de tranquilidad. El adversario no tuvo muchas ideas, salvo en pelotas paradas. Esta vez, la suerte acompañó a Boca, y Leguizamón erró un gol increíble abajo del arco. El 2 a 1 no se alteró y la clasificación es posible. Ahora habrá que ratificar esta victoria, con los dos partidos que faltan en La Bombonera, para asegurar el pasaje a octavos de final.



SINTESIS

BOCA: Orión 6; Roncaglia 5, Schiavi 5, Insaurralde 6, Clemente 5; Rivero 5 (Ledesma 7), Somoza 6, Erviti 5 (Sánchez Miño); Riquelme 6; Mouche 6 (Chávez), Silva 5

martes, 13 de marzo de 2012

Increible pero real

Boca había dado vuelta un partido increíble pero se le escapó sobre el final, y se quedó sin invicto en la última jugada del partido.

Son esos partidos que se dan cada 10 o 15 o 20 años. Una lluvia de goles, un andar ciclotímico de los dos equipos, y un cotejo que antes del primer minuto tuvo un gol, y se cerró también con otra conquista. Lamentablemente, Boca que hizo todo el gasto, después de estar dos veces abajo por dos goles, no le dio el físico para aguantar, y se le escapó el invicto.

En los primeros minutos, esa defensa impenetrable del Xeneize se convirtió en un colador, tras una serie de rebotes, Vidal sacó un derechazo bajo que se le coló a Orión. Y antes de los diez, Ferreyra remató un tiro libre que se metió en el palo de arquero. Increíble pero real.  Pero si habíamos visto a Boca, sabemos que no es el mismo equipo del año pasado. Sale dormido, y por momentos no puede encontrar la pelota. La diferencia es que tanto Flu y el Rojo no perdonaron, como si lo hicieron Santamarina, Olimpo, Newell´s y Unión.

Enseguida, Román tuvo que sacar la cara por el resto de sus compañeros. Ni Gaona Lugo ni Sosa tiraron un centro decente, y si hubiese sido así, Silva no estaba en su noche. Por suerte, enseguida Roncaglia descontó para poner  a tiro del equipo.  Pero esa sensación de que el empate estaba cerca se fue desvaneciendo. De a poco, Independiente empezó a salir.

Vale destacar la contundencia del cuadro de Avellaneda, en su tercera aproximación iba a marcar su gol, a través de Farías que anticipó a Caruzzo de pésimo partido. Minutos  después Riquelme, siempre Riquelme, bajó un pelotazo de Gaona Lugo y definió con su calidad habitual.

Boca estaba en carrera otra vez.  En el complemento, ingresó Chavez por Caruzzo. Sanchez Miño bajó al lateral y Roncaglia fue central. De a poco, Boca se adueñó de la mitad de la cancha. Y al igual que ante los brasileños empató rápidamente. La visita miraba con cariño el empate, pero el Xeneize sigo haciéndose cargo del partido, con lo poco que le quedaba de físico. Se podrá decir, que Boca cambió medio equipo de un día otro, y que el físico no es excusa. Pero cuando hacemos mención al físico, nos referimos,  a Román en el gira el equipo, y si él esta bien, Boca puede atacar.

Se vieron alternativas, como el buen trabajo en ofensiva de Sánchez Miño, las apariciones de Chávez, pero es raro si los delanteros no ayudan. Silva tiene la pólvora mojada, y Mouche es difícil que abra un partido cerrado. Con la ausencia de Clemente, es importante ver las situaciones que Boca generó. En una faltando, quince, Sanchez Miño leyó perfecto un pase de Román, y metió un centro excelente para la aparición fantasmal de Ledesma.

Era una fiesta por donde se lo mire. Independiente no parecía, estaba entregado. Pero el Boca que había hecho todo el gasto se quedó sin piernas.  Y no supo definirlo. Y era solo un gol de diferencia. Y esta versión de Boca, endeble en pelotas paradas no es garantía de nada. Tal vez debió haber cerrado el encuentro con un cambio para reforzar la altura de la defensa o una doble línea de cuatro. Pero tampoco era garantía. Porque era un partido épico o maldito. Avisó Farías que remató mal tras un centro al área, que no había que hacer faltas cerca del área. Y en el siguiente centro a la olla, el Tecla no perdonó. Cuarto gol, en la quinta llegada al arco. Increíble.

Pero lo peor estaba por pasar. El empate en definitiva no era un mal resultado, por como se dio el partido, y con las ausencias. Pero Boca perdió de pie. Como el Gigante que es. Tuvo el quinto en los pies de Silva pero el  uruguayo tiene la polvora o, simplemente, le pesa la presión de la camiseta más grande de América. Esta claro, que no es el único. Caruzzo es el otro. Pero el defensor no estuvo en la cancha en los últimos instantes. Ese pelotazo del defensor del Rojo cuando solo quedaban una decena de segundos para que se cumpla el quinto minuto adicionado no parecía tener grandes problemas pero el Flaco, que venía de una lesión sintió el pasar de los minutos, y Farías nos metió otra estocada. Fue un golazo dicho sea de paso. Pero solo así le pueden ganar a este equipo. Con cinco bajas, con un gol en el último instante, porque no había más tiempo de otra remontada.

Ahora solo queda dar vuelta la página. Con la tranquilidad de que el equipo dio todo. Con la tranquilidad de perder como un grande. El 4-5 quedará en la historia pero este equipo puede seguir escribiendo páginas doradas. Solo falta recuperar la confianza. En el 92, en el 99 y en el 2000, Independiente nos sacó el invicto, pero no pudo evitar el destino de esos torneos, que terminaron con un Boca campeón.

SINTESIS

Boca: Orión 3; Sosa 4, Caruzzo 2 (Chavez 6), Schiavi 4, Roncaglia 7; Ledesma 6 (Rivero), Erbes 5, Sanchez Miño 7; Riquelme 8; Gaona Lugo 4 (Mouche 5), Silva 4

viernes, 9 de marzo de 2012

Un derrota que lastima

El Xeneize perdió en la Bombonera ante Fluminense y complicó la clasificación. La caída por 2 a 1 puso fin al invicto de 36 partidos oficiales. El equipo no jugó bien pero mereció mejor suerte.

Boca agotó el margen de error que tenia en esta Copa Libertadores. Tras el pobre empate en Venezuela, el Xeneize no podía darse el lujo de dejar puntos en la Bombonera, y no solo perdió unidades, sino que su invicto se hizo trizas en un partido raro en el que Fluminense golpeó en los momentos justos.
“Algún día la suerte se va a acabar “dijo Román. Vaya si el Diez sabe de lo que habla, porque si hubo algo que le faltó ayer al equipo fue fortuna. En las dos primeras llegadas, el conjunto carioca no perdono. Tal vez esta vez el rival tuvo otro fuste de los que el auriazul se había acostumbrado a enfrentar en el mediocre futbol local.
Fred, delantero de la Selección brasilera en la pasada Copa América, saltó más alto que todos y derrotó a un débil Orión que a diferencia de otras oportunidades no opuso resistencia. El golpe hizo que el Xeneize tarde en meterse de nuevo en el partido. Recién en el último cuarto de hora despertó y las jugadas empezaron a florecer. Claro, más producto del empuje desesperado que de un juego asociado.
Un triple atajada del uno y luego una doble del mismo guardameta, hicieron que el 0-1 no se modificara hasta el segundo periodo. Salvo Riquelme, el resto del combinado no estuvo a la altura de las circunstancias. Mouche y Erviti estaban perdidos en la cancha, Silva luchó más de lo que jugó y Rivero nunca incidió. La única ayuda que tuvo el enlace fue de su compinche Clemente.
En el complemento, un Román enojado se cargó a Boca al hombro. Al minuto, le hicieron una falta, el que se encargó de ejecutar el tiro libre, el palo le dijo no y Somoza encontró el rebote para poner su primer gol con la casaca Xeneize. 1 a 1, era justicia porque el Flu solo había inquietado con aquella conquista en el génesis del encuentro.
Parecía que se venia la victoria. Al menos, como estaba el pleito parecía imposible que los brasileros se aventuren a pasar al ataque, pero se escapo Wellington por izquierda a un Caruzzo pasivo y un Roncaglia desconocido, el centro pasó a todos y encontró a la aparición fulminante de Deco, el mismo astro compinche de Messi en Barcelona y de CR7 en Portugal, para poner un verdadero balde de agua fría.
Ese golpe fue letal. Dejó a groggy a Boca. Tardó una eternidad en volver a partido. Riquelme siguió insistiendo, Silva siguió luchando, Somoza se transformó en un gladiador, Clemente siguió yendo al ataque, pero el resto estaba en otra sintonía. Con solo un par de jugadores en un nivel aceptable, el Xeneize se las ingenio en crear situaciones. No muchas. Pero las suficientes para emparejar el tanteador. Cosa que fue imposible.
De a poco, los brasileños empezaron a tomar aire. Boca era puro nerviosismo. Y no era para menos, la derrota consumada ponía en jaque la clasificación. Ahora todo depende de lo que ocurra en Sarandí. Una derrota nos dejaría al borde de la eliminación. Un empate nos pone con la obligación de ganar en la revancha y en sumar en Rio, si o si, y esperar una mano de Zamora ante Arsenal. Muchos cálculos. Lo mas seguro es ir a recuperar estos tres puntos perdidos en la Boca en el Viaducto. La mística tiene que salir, ahora mismo.
SINTESIS
Boca: Orión 4; Roncaglia 4, Caruzzo 3, Insaurralde 5, Clemente 6; Rivero 5 (Chávez 5), Somoza 7, Erviti 5 (Gaona Lugo), Riquelme 7; Mouche 4 (Araujo), Silva 5 

lunes, 5 de marzo de 2012

Con estos no jugamos nunca más



Boca venció a San Lorenzo por 2 a 0 y lo hundió aún más en la Promoción. Los goles de Sanchez Miño y Mouche en el segundo tiempo sirvieron para que el Xeneize siga invicto y se mantenga como uno de los líderes junto a Tigre.

Era una parada brava para el campeón porque enfrente había un equipo que siempre cuando ve la camiseta de Boca, se cree que está jugando la final del mundo que nunca jugó y tal vez nunca juegue. Pero el Xeneize con varias bajas: Roman, Schiavi, Clemente, Rivero, Erviti, supo sacar adelante el match. A esas ausencias podríamos agregar a Colazo y hasta el propio Roncaglia, quien con el perfil cambiado, se le complica bastante.

Mucho se habló en la semana con el caso Silva. Desde este medio creemos que Boca no necesitaba este artilugio para pelear el campeonato local y la Copa Argentina.  Si es bueno para que el Tanque tenga rodaje para el certamen que todos los bosteros queremos, la Copa Libertadores. El uruguayo estuvo algo faltó de fútbol, y lo anticiparon varias veces, pero cumplió un buen debut ya que su presencia fue importante en las dos conquistas.

También el ex delantero de Vélez tuvo la primera chance. Con un gran cabezazo forzó una buena tapada de Champagne y en el rebote, el palo le negó el tanto. Justamente el portero Cuervo fue uno de los mejores de su conjunto, ya que cerca del final, le sacó un balazo a Sánchez Miño. La otra clara fue un centro de Silva que Insaurralde no supo definir.

Eso fue lo mejor de Boca en un primer tiempo chato y trabado en el que ni el Pochi ni Ledesma tuvieron su mejor partido, y para colmo Cvita salió lesionado. El lugar del ex atacante de Banfield fue ocupado por Mouche de discreto partido hasta su gol. En defensa, si bien la defensa no tuvo a sus grandes referentes no pasó mayores sofocones, salvo un tiro libre de Salgueiro, un desborde de Bazán que controló sin problemas Orión y luego Chavez le ganó la posesión a Insaurralde pero no supo definir.

No había sido bueno el cotejo en el primer tiempo y en el complemento no se modificaba esa tónica hasta que llegó el sablazo de Sánchez Miño, quien en su primer partido como titular en la temporada, clavó un zurdazo bajo que se le metió a Champagne en la ratonera. Si a San Lorenzo no se le caía una idea antes, con el 0-1 se quedó con la mente en blanco.

 Con la ventaja, el Xeneize estuvo cómodo y lo definió en un contragolpe, perfectamente armado entre Chavez y Rivero. El centro del Burrito, lo pasó al Tanque –quien también había participado en el primer tanto, sin tocar la pelota, había arrastrado la marca-, y lo encontró a Mouche, quien gambeteó a Champagne y luego le rompió el arco con un derechazo.

Tras ese gol, todo terminó. El Cuervo que había salido a pelear en vez de jugar el partido, mostró toda su impotencia con la expulsión de Méndez y la gresca originada por la manía de Bueno de tribunear –marche un tirón de orejas para Insaurralde, quien entró en el juego del charrúa y se perderá el clásico con Independiente-.

Con la victoria, Boca se mantiene invicto por 36 partidos oficiales contando la triple competencia -33 solo en el torneo doméstico- y es uno de los dos líderes junto a Tigre. De yapa, dejó a San Lorenzo, en zona de Promo, asediado y con el agua al cuello.

CASLA 0-2 BOCA

BOCA: Orión 6; Sosa 5, Caruzzo 6, Insaurralde 5, Roncaglia 5; Ledesma 5 (Rivero 6), Somoza 6, Sanchez Miño 7, Chavez 6 (Clemente); Cvitanich 6 (Mouche 6), Silva 6

viernes, 2 de marzo de 2012

¡Vamos, vamos los pibes!



Con suplentes y con juveniles con poco rodaje, Boca pasó de ronda casi sin sobresaltos ante el modesto Central Córdoba de Rosario. Los goles fueron de Blandi y Araujo.

Después del sofocón, que provocó Santamarina en la ronda anterior, Falcioni acusó el golpe y se dio cuenta que como reza el dicho popular “el que mucho abarca, poco aprieta”, y decidió darle cuerda a varios jugadores que merecen al menos una oportunidad pero que habían sido dejados de lado como Ledesma, Chávez, Erbes, Blandi y Araujo, y chicos con poco rodaje.

Lógicamente que con un equipo alternativo se iba a notar grietas en defensa, tal vez no habituales con la formación de gala. Central Córdoba tuvo dos chances netas de gol, pero su delantero Figueroa cabeceó afuera en una y otra encontró bien parado a Sebastián Sosa.

De a poco, ese entusiasmo y solidaridad en la marca empezó a disminuir en el cuadro rosarino y empezaron a tener mas contacto con la pelota Chávez, Ledesma. Sánchez Miño demostró que tiene condiciones para ser el reemplazante natural de Clemente Rodríguez, sin necesidad de mover tantas piezas. Y el chico Guillermo Fernández, alias Pol, se empezó a animar.

Cerca del entretiempo, justamente Fernández puso un buen balón al área, Blandi guapeó y con la punta del botín alcanzó a superar al buen arquero Leguizamón. Ahí empezó otro partido. Ahí se terminaron las equivalencias. Los chicos de Boca se sacaron la mochila de encima y empezaron a jugar como hacen en la Reserva, que hasta por momentos juega más lindo que la Primera.

Lo dicho anteriormente, Pol Fernández empezó a dar pincelazos (tiró un tiro en el travesaño, tras un remate riquelmeano), Sanchez Miño hizo un surco por izquierda, Chavez se pareció al conductor de la última mitad del torneo pasado, Erbes fue dueño de la mitad de la cancha, Araujo se entendió a la perfección con Gaona Lugo –sustituyó a Blandi, lesionado-. En un encuentro entre los delanteros, el paraguayo desbordó y el remate del Kuncito encontró un rebote afortunado que descolocó al guardameta.

Luego Boca empezó a florearse, y hasta sobrar algunas situaciones. No lo pudo definir por mas goles, por impericia, por infortunios o por la buena tarea de Leguizamón. Lo cierto es que el Xeneize dio un paso importante, y estos chicos demostraron que pueden ser tenidos en cuenta en un futuro no tan lejano.

BOCA: Sosa 6; Roncaglia 6, Sauro 6, Enzo Ruiz 6, Sanchez Miño 6; Ledesma 5 (Achucarro), Erbes 6, Fernández 7, Chávez 6 (Fragapane); Araujo 6, Blandi 7 (Gaona Lugo 7)

La ley Primera



El Xeneize dejó atrás las peleas y los pálidos empates, retornando a la victoria con un solido 2 a 0 sobre Newell´s que lo pone como uno de los líderes del certamen.

Ya lo decía Martín Fierro “si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”. Las discusiones y disputas en el seno del plantel con el cuerpo técnico, no van a ningún lado. Pero los jugadores unieron fuerzas, y parece que el nivel futbolístico no decae. Este equipo que se destacó por su solidaridad en el torneo pasado, volvió a mostrar ese ADN que lo vuelve a catapultar hacia la cima del certamen de Primera.

¿Si Boca, el último campeón invicto, está en crisis que le queda a los demás? Es cierto que no está pasando un momento de alto brillo, que ganó con un gol sobre el final del primer tiempo, cuando poco había hecho. Pero los números hablan de que este equipo, no se baja de ninguna de las luchas que tiene.

Cuando juega Clemente Rodriguez, Boca es un equipo. Y cuando no lo hace, es otro completaente distinto. Suena raro, porque se trata de un lateral izquierdo, pero es un puesto en donde abundan en el fútbol argentino, y el ex Estudiantes le aporta una sorpresa y una rueda de auxilio al juego de Riquelme que lo hacen indispensable.

Hay algunos jugadores que no están pasando su mejor momento. En tal caso, parece mentira, pero Mouche embarullado y poco claro, es el único que intenta ir adelante. Román de a poco se encuentra en mejor sintonía. Y Cvita es un delantero con ADN bostero; eso significa, guapo, metedor y con personalidad suficiente como para no cegarse a la hora de definir. Sería una verdadera picardía, dejarlo ir a mediados de año.

El mediocampo esta lejos de ser el del torneo pasado. Somoza, que había ido de menor a mayor, tiene un discreto presente. Erviti, juega mejor de local que de visitante, ante los rosarinos alternó buenas y malas pero demostró actitud para soltarse y darle una mano en la creación. Rivero no parece el mismo, tal vez la presencia de Ledesma lo inquiete un poco, pero el Burrito no le da tanta explosión a la derecha Xeneize como en otras tardes.

La defensa sufrió sofocones al principio. El juvenil delantero Urruti se perdió un gol a comienzo del partido que pudo cambiar el destino. No obstante, Boca fue paciente, y de a poco, intentó meter en su arco a la Lepra, pero no estuvo profundo.

El gol en el último minuto de la primera mitad cambió las cosas. Clemente remató al arco, y Cvita puso la punta del botín para abrir el marcador. En el complemento, Boca tuvo mas espacios pero no generó tantas situaciones. A diferencias del torneo pasado, en que el Xeneize sufría hasta el final por la poca efectividad y el despilfarro de situaciones. Esta versión se muestra más contundente pero con menos volumen de juego. Esa contundencia se celebra pero marca una alerta.

El golazo de Riquelme de tiro libre faltando diez minutos puso cifras decorativas. No hubo tiempo para más. El equipo de Falcioni es otra vez puntero, junto a Vélez (lejos el enemigo público número uno en el torneo y también en las dos copas), el Tigre del Vasco Arruabarrena (uno de los conjuntos con mejor propuesta de fútbol) y el sorprendente All Boys.

Vs NO Boys

BOCA: Orión 6; Sosa 5, Caruzzo 6, Insaurralde 6, Clemente 6; Rivero 5 (Ledesma), Somoza 5, Erviti 6, Riquelme 7; Mouche 6 (Chávez), Cvitanich 6

jueves, 1 de marzo de 2012

Crónica de un duelo anunciado



La disputa entre Falcioni y Riquelme provocó un resquemor innecesario que solo sirve para debilitar a un equipo Xeneize que hasta se mostraba sólido y casi imbatible.

¿Puede ser que en un misma semana, la pelea entre los dos referentes de un equipo importante del fútbol argentino en plena cancha quede de lado, debido a la disputa entre un director técnico y el plantel en un vestuario, en el que nadie supo exactamente que pasó? Si puede porque estamos hablando de Boca, que cuando anda bien es noticia y cuando las cosas se ponen feas, también lo es.

El enfrentamiento entre Falcioni y Riquelme no es nuevo. Hay que remontarse prácticamente al comienzo del ciclo del DT, quien en el verano pasado armó su equipo pero sin prepararlo para la presencia del Diez. El resultado lo sabemos todos, resultados óptimos en la pretemporada y un debut estrepitoso en el Clausura. Luego en la semana previa al duelo con All Boys, el entrenador marcó su territorio y lo sacó de la titularidad. El empate sin goles luego de una pobre actuación hizo recapacitar al coach.

Sin embargo, era obvio cual de los referentes era el predilecto de JC. Palermo, quien tuvo el peor arranque en un torneo desde que llegó Boca, se mantenía en el equipo, pese a la presencia amenazante de Viatri. Riquelme, con su problemas físicos a cuesta, rescató con sendos tiros libre al equipo, que empezaba a construir una buena racha.

El adiós de Palermo descomprimió el vestuario. La llegada de Schiavi de buena relación con los dos bandos del plantel sirvió para unir fuerzas. El pacto tácito entre Roman y el DT ayudó al fortalecimiento y el nivel excelente del Diez hizo que el campeón diera los primeros pasos. El título hizo que todo parezca paz y tranquilidad. Sin embargo, la ausencia del enganche en la segunda mitad del certamen hizo que creciera la imagen de Falcioni, y con ella, también su ego.

La culpa no es de Falcioni o de Riquelme. Todo volvió a resurgir con la ya famosa celebre del Diez “A mi el DT me hizo correr como un boludo y no dije nada”, rememorando el affaire de comienzo de 2011 que parecía quedar en el pasado. La opinión pública compuesta por muchos anti Riquelme y, ahora, también antiFalcioni, que hicieron enfásis en esos dichos instalando la idea de una pelea que no trajo buenas vibras de cara al duelo con Santamarina.

Luego en Venezuela todo se acentuó. Un Falcioni enojado le recriminó a Cvitanich su ubicación en la cancha, y le habría dicho “eso te pasa por escuchar a Riquelme”. El delantero le comentó a Roman, y los dos fueron a hablar con el DT, y la discusión paso a mayores. Lejos de bajar los decibeles, el macrismo que gobierna el club no ocultó la información. Luego, la reunión con los referentes del plantel demostró que los jugadores estaban alineados con el Diez.

El sentido común terminó ganando, y todo quedó como era entonces. El flojo rendimiento en los dos partidos. El copero y el duelo ante Unión deja poco para analizar futbolísticamente. Solo que el equipo extrañó a Clemente y el físico del equipo no estuvo a la altura, lo que obliga a repensar el trabajo de dosificación de esfuerzos de cara a los compromisos venideros.

SINTESIS

VS ZAMORA: Orión 6; Sosa 5, Schiavi 6, Insaurralde 5, Roncaglia 5; Rivero 5 (Chávez) , Somoza 5, Erviti 4 (Ledesma), Riquelme 4; Cvitanich 4 (Mouche 4), Silva 5

VS UNION: Orión 8; Sosa 5, Schiavi 5 (Caruzzo 5), Insaurralde 6, Roncaglia 6; Rivero 5, Somoza 5, Erviti 4 (Colazo (Ledesma)), Riquelme 4; Mouche 5, Cvitanich 5