Boca había dado vuelta un partido increíble pero se le escapó sobre el final, y se quedó sin invicto en la última jugada del partido.
Son esos partidos que se dan cada 10 o 15 o 20 años. Una lluvia de goles, un andar ciclotímico de los dos equipos, y un cotejo que antes del primer minuto tuvo un gol, y se cerró también con otra conquista. Lamentablemente, Boca que hizo todo el gasto, después de estar dos veces abajo por dos goles, no le dio el físico para aguantar, y se le escapó el invicto.
En los primeros minutos, esa defensa impenetrable del Xeneize se convirtió en un colador, tras una serie de rebotes, Vidal sacó un derechazo bajo que se le coló a Orión. Y antes de los diez, Ferreyra remató un tiro libre que se metió en el palo de arquero. Increíble pero real. Pero si habíamos visto a Boca, sabemos que no es el mismo equipo del año pasado. Sale dormido, y por momentos no puede encontrar la pelota. La diferencia es que tanto Flu y el Rojo no perdonaron, como si lo hicieron Santamarina, Olimpo, Newell´s y Unión.
Enseguida, Román tuvo que sacar la cara por el resto de sus compañeros. Ni Gaona Lugo ni Sosa tiraron un centro decente, y si hubiese sido así, Silva no estaba en su noche. Por suerte, enseguida Roncaglia descontó para poner a tiro del equipo. Pero esa sensación de que el empate estaba cerca se fue desvaneciendo. De a poco, Independiente empezó a salir.
Vale destacar la contundencia del cuadro de Avellaneda, en su tercera aproximación iba a marcar su gol, a través de Farías que anticipó a Caruzzo de pésimo partido. Minutos después Riquelme, siempre Riquelme, bajó un pelotazo de Gaona Lugo y definió con su calidad habitual.
Boca estaba en carrera otra vez. En el complemento, ingresó Chavez por Caruzzo. Sanchez Miño bajó al lateral y Roncaglia fue central. De a poco, Boca se adueñó de la mitad de la cancha. Y al igual que ante los brasileños empató rápidamente. La visita miraba con cariño el empate, pero el Xeneize sigo haciéndose cargo del partido, con lo poco que le quedaba de físico. Se podrá decir, que Boca cambió medio equipo de un día otro, y que el físico no es excusa. Pero cuando hacemos mención al físico, nos referimos, a Román en el gira el equipo, y si él esta bien, Boca puede atacar.
Se vieron alternativas, como el buen trabajo en ofensiva de Sánchez Miño, las apariciones de Chávez, pero es raro si los delanteros no ayudan. Silva tiene la pólvora mojada, y Mouche es difícil que abra un partido cerrado. Con la ausencia de Clemente, es importante ver las situaciones que Boca generó. En una faltando, quince, Sanchez Miño leyó perfecto un pase de Román, y metió un centro excelente para la aparición fantasmal de Ledesma.
Era una fiesta por donde se lo mire. Independiente no parecía, estaba entregado. Pero el Boca que había hecho todo el gasto se quedó sin piernas. Y no supo definirlo. Y era solo un gol de diferencia. Y esta versión de Boca, endeble en pelotas paradas no es garantía de nada. Tal vez debió haber cerrado el encuentro con un cambio para reforzar la altura de la defensa o una doble línea de cuatro. Pero tampoco era garantía. Porque era un partido épico o maldito. Avisó Farías que remató mal tras un centro al área, que no había que hacer faltas cerca del área. Y en el siguiente centro a la olla, el Tecla no perdonó. Cuarto gol, en la quinta llegada al arco. Increíble.
Pero lo peor estaba por pasar. El empate en definitiva no era un mal resultado, por como se dio el partido, y con las ausencias. Pero Boca perdió de pie. Como el Gigante que es. Tuvo el quinto en los pies de Silva pero el uruguayo tiene la polvora o, simplemente, le pesa la presión de la camiseta más grande de América. Esta claro, que no es el único. Caruzzo es el otro. Pero el defensor no estuvo en la cancha en los últimos instantes. Ese pelotazo del defensor del Rojo cuando solo quedaban una decena de segundos para que se cumpla el quinto minuto adicionado no parecía tener grandes problemas pero el Flaco, que venía de una lesión sintió el pasar de los minutos, y Farías nos metió otra estocada. Fue un golazo dicho sea de paso. Pero solo así le pueden ganar a este equipo. Con cinco bajas, con un gol en el último instante, porque no había más tiempo de otra remontada.
Ahora solo queda dar vuelta la página. Con la tranquilidad de que el equipo dio todo. Con la tranquilidad de perder como un grande. El 4-5 quedará en la historia pero este equipo puede seguir escribiendo páginas doradas. Solo falta recuperar la confianza. En el 92, en el 99 y en el 2000, Independiente nos sacó el invicto, pero no pudo evitar el destino de esos torneos, que terminaron con un Boca campeón.
SINTESIS
Boca: Orión 3; Sosa 4, Caruzzo 2 (Chavez 6), Schiavi 4, Roncaglia 7; Ledesma 6 (Rivero), Erbes 5, Sanchez Miño 7; Riquelme 8; Gaona Lugo 4 (Mouche 5), Silva 4
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