En el año del
regreso de Bianchi, Riquelme y Gago a la institución, Boca no solo no ganó
ninguno título, sino que estuvo lejos de hacerlo. El penúltimo puesto en el
Final 2013 y la no clasificación a la Libertadores 2014 convirtieron un año
plagado de ilusión en un año con números rojos en lo deportivo.
Hace
12 meses cuando cualquier levantaba la copa para brindar imaginaba un 2013 lleno
de logros. El tan ansiado regreso de Carlos Bianchi tras nueve años de siesta
era una realidad, y había promesas de otros retornos de glorias como Riquelme o
Gago para el verano que comenzaba. Este año que termina, fue bien distinto a lo
que muchos soñábamos por aquel entonces. Pasaron tantas cosas, por cierto la
mayoría malas que parece que fueron más de doce meses.
Es cierto, el año empezó mal barajado de
entrada. La otra vuelta soñada, la de Riquelme, la que parecía segura, tardó
más de la cuenta. Tuvieron que pasar las dos derrotas de verano contra River
para que el ídolo recapacitara, se olvide de sus palabras y decida venir “a
sufrir junto a Carlos”. Ese vaticinio, lamentablemente, es lo que finalmente,
fue un año que se sufrió más de lo que se gozó.
El primer semestre tuvo a Boca con un andar
errático por el torneo local y con una trabajosa clasificación a la segunda
ronda de la Libertadores. Para ese certamen, Boca en octavos debía enfrentar a
Corinthians, el último campeón. Contra todos los pronósticos, este equipo de
Bianchi se hizo fuerte de visitante, rescató un punto con un golazo de Román y
accedió a cuartos. En esa instancia, chocó con Newell´s y, pese a ser levemente
superior en los 180 minutos, cayó en los penales.
Lo único que quedaba era salvar el honor y no
salir último en el campeonato de entrecasa. Esa deshonra se evitó por un solo
punto por encima del descendido Unión pero la peor campaña en torneos cortos
era un hecho. Ni siquiera la Copa Argentina, trofeo que Boca defendía, pudo servir
para bálsamo. El Xeneize fue eliminado en octavos por All Boys sin atenuantes.
Para el Inicial era hora de hacer un manotazo
de ahogado. Boca se desprendió de Somoza, Lautaro Acosta, Silva, Erviti, Franco
Sosa, Clemente Rodríguez, Viatri, Albín y Ustari, todos jugadores, salvo
Erviti, que tuvieron un pobre desempeño en el último tiempo, pero sobretodo
porque la mayoría nunca entendió lo que es Boca –excepto contadas excepciones-.
Para el Final, Boca decidió hacer pocas incorporaciones
pero de renombre. Finalmente, Fernando Gago, esta vez, si volvió y mientras el
físico se lo permitió tuvo grandes rendimientos como contra Velez o Racing, en
los que condujo al equipo. Cata Díaz también retornó. La sorpresa fue
Gigliotti, un jugador que tal vez trajo pocas expectativas cuando llegó pero
cumplió con goles importantes como a la Academia, en su debut como titular, o
contra River.
Parrafo aparte para los duelos contra el
equipo de Ramón Díaz que dieron las únicas alegrías del año. En el primer
clásico, en la Bombonera, con un equipo plagado de pibes, fue apenas empate. La
fiesta fue en las tribunas, ya que se trataba del regreso de River a los
superclásicos, tras su desaparición del fútbol grande un año atrás cuando
descendió. El otro, en el Monumental, sin hinchas visitantes, Boca se las
ingenió para ganar un clásico que tampoco quedará en las retinas de nadie por
lo bien que jugaron los dos equipos, sino por el hecho de que se jugó con fans
del anfitrión, nada más.
El sexto puesto compartido en este torneo fue
un poco mentiroso. Boca peleó hasta el final de la anteúltima fecha pero salvó
en algunos partidos, nunca tuvo nivel para ser verdadero protagonista, falló en
partidos claves como contra CASLA, Newell´s y Arsenal pero aun podría haber
sido campeón si le ganaba los últimos dos partidos de local a All Boys y a
Gimnasia. No habla bien del Xeneize, sino que explica porque San Lorenzo es el
campeón más mediocre de la historia de los torneos cortos. Este Boca terminó a
solo cuatro puntos.
No obstante, este dato de que Boca, sin nada,
casi pelea el campeonato no puede dejarse a un lado para desdramatizar lo que
viene. El Xeneize tiene al mejor DT y jugadores claves, que sin lesiones puede
fortalecer. Además de futbolistas, que amagaron pero todavía no encontraron su
techo en el club como el Burrito Martínez, Sánchez Miño o Paredes.
Lamentablemente, no habrá Copa para brindar este año pero el equipo tiene con
que mejorar. Lo dijo Bianchi, con todos los contratiempos que tuvo y el nivel
que mostró “es ilógico que salga campeón”. Sin embargo, hay material y sería lógico que este equipo mejore.