sábado, 22 de junio de 2013

Sin el pan, sin la torta, ni siquiera las migas

Boca se quedó afuera ante All Boys de la Copa Argentina dando una pálida imagen. Ya no hay excusas, el equipo necesita una renovación urgente.


Boca se quedó sin nada. Ni siquiera pudo asegurar la continuidad en la Copa Argentina ante el primer rival serio que se le presentó. Ni siquiera estuvo cerca de hacer un partido digno ante un rival de poco fuste como lo es All Boys, hoy. Pero este Boca se mete los goles solo y jerarquiza a los adversarios.
Ya le había ganado bien, en la tercera fecha, el equipo de Floresta. Pero quedaba la sensación de que ese Boca había evolucionado algo en su juego pero eso solo fue un espejismo que duró lo que duró la serie de la Libertadores. Una vez afuera del certamen continental, Boca se arrastró contra Racing y algo parecido ocurrió ante All Boys en Catamarca.
No hace falta hacer grandes producciones para ganarle a Boca. El equipo de Bianchi comete errores infantiles, tanto colectivos como individuales. Es inaceptable que un jugador de la experiencia de Clemente Rodríguez, que viene de hacerse expulsar contra Newell´s en el mejor momento de Boca, cometa ahora un penal al minuto de juego. Así el lateral hace olvidar sus páginas extensas de gloria y le pone el certificado de defunción de su campaña en el club. Gracias por todo pero ya fue. Boca está por encima de los nombres.
Después del gol, Boca intentó con Román como abanderado pero las cosas no salen. No hay un poco de suerte. Pero con ese fundamento no alcanza porque a la suerte hay que ayudarla. Y un equipo con poca profundidad y volumen de juego no colabora con que la fortuna se pose de su lado.
En el complemento, cuando parecía otra actitud, una desatención defensiva tras un centro frontal desde la mitad de la cancha, dejó a Borghello para poner el 2 a 0. Podía ser asunto liquidado pero Ledesma descontó cerca del final para poner un poco de dramatismo. Pero la sensación de cercanía al empate duró poco y nada. En una nueva contra, All Boys clavó el tercero.
Sin excusas, Boca se quedó afuera de un certamen que tiene poco renombre actualmente pero podría ser un atractivo bálsamo ya que lograría la clasificación a la próxima Libertadores. Igualmente pensar en eso, cuando el equipo no es capaz de ganar dos partidos seguidos es ser aventurero.
No obstante, la pálida producción demostró que este equipo necesita una profunda depuración en el plantel. Pero con eso no alcanza. Hay que traer jugadores de jeraquía.

FORMACIÓN: Orión 6; Marín 5, Caruzzo 5, Burdisso 5, Clemente 4 (Erviti); Ledesma 5, Somoza 5, Miño 5, Riquelme 5; Acosta 4 (Di Franco 5), Blandi 5

sábado, 1 de junio de 2013

Morir de pie


En una serie demasiado pareja, Boca se quedó afuera por penales en una definición dramática e infartante. La tonta expulsión de Clemente fue determinante.


En el fútbol se gana y se pierde. Esta vez la suerte fue esquiva. Pero cuando un equipo muere de pie, dejando todo, el dolor se atenua. Por eso, hay que estar orgulloso de este conjunto de Bianchi que peleó hasta el final, aun en inferioridad númerica.
Difícilmente un semestre mal parido desde el vamos podía terminar de otra forma. Un andar paupérrimo en el torneo local y un andar irregular en la Copa, con muchas lesiones de jugadores. En algunos a veces se lesionaba hasta el suplente del titular que también estaba averiado. Así fue la fortuna de Boca, en lo que va de 2013, y así fue el final.
Boca arriesgó demasiado jugando con un 4-4-1-1, dependiendo en demasía de lo que pueda hacer Román, de que Blandi tenga una y la meta, que Sánchez Miño suba o en definitiva en acertar un pleno en alguna pelota parada. Enfrente estaba Newell´s, lejos el mejor equipo argentino del momento.
No obstante en ningún momento de la serie, quedó evidenciado quien era el puntero del certamen y quien era el anteúltimo. En primer lugar, es otro torneo. Y la motivación de Boca cuando de la Copa Libertadores se trata.
Con eso, y una estructura sólida, le bastó a Boca para maniatar el juego vistoso y electrizante que propone el Leproso, que casi nunca pudo hacer su juego. Los 180´ se dieron casi como lo pensó Bianchi –con la excepción del desenlace- y la jugada que fue bisagra del partido. Rondando el primer cuarto de hora del complemento, una buena jugada de Riquelme, derivó en un tiro en el palo de Blandi. En la réplica, Clemente hizo un foul táctico para frenar el contragolpe y se llevó la merecida amarilla. Pero en un segundo de locura, “pecheó” al árbitro Germán Delfino y lo obligó a expulsarlo.
Ahí se terminó el partido del Xeneize en ataque. Bianchi sacó al único punta, Blandi, y metió a Zarate para reforzar la línea de cuatro. El tan mentado gol de visitante nunca llegó. Tampoco el local tuvo muchas ideas para abrir el cerrojo y hubo lugar para los penales, que tantas veces le dio alegría a Boca y a Bianchi. Pero esta vez la suerte no acompañó. Se patearon 13 penales, y la victoria fue para Ñuls, 10 a 9.
Habrá tiempo para hacer un análisis. Habrá que corregir errores. Pero de cara a lo que viene, cuando un equipo llega hasta cuartos de final de un torneo como la Libertadores, y de la forma en la quedó eliminado –sin perder en la serie-, son motivos de orgullo y de esperanza para el semestre que viene. Sin dramatizar, este plantel con algunos retoques, tiene con que afrontar futuros compromisos.

BOCA: Orión 7; Marín 6, Caruzzo 5, Pérez 7, Clemente 3; Erbes 5, Somoza 6, Erviti 6 (Juan Manuel Martínez), Sánchez Miño 5 (Ribair Rodríguez); Riquelme 5, Blandi 5 (Zarate 5)