viernes, 9 de marzo de 2012

Un derrota que lastima

El Xeneize perdió en la Bombonera ante Fluminense y complicó la clasificación. La caída por 2 a 1 puso fin al invicto de 36 partidos oficiales. El equipo no jugó bien pero mereció mejor suerte.

Boca agotó el margen de error que tenia en esta Copa Libertadores. Tras el pobre empate en Venezuela, el Xeneize no podía darse el lujo de dejar puntos en la Bombonera, y no solo perdió unidades, sino que su invicto se hizo trizas en un partido raro en el que Fluminense golpeó en los momentos justos.
“Algún día la suerte se va a acabar “dijo Román. Vaya si el Diez sabe de lo que habla, porque si hubo algo que le faltó ayer al equipo fue fortuna. En las dos primeras llegadas, el conjunto carioca no perdono. Tal vez esta vez el rival tuvo otro fuste de los que el auriazul se había acostumbrado a enfrentar en el mediocre futbol local.
Fred, delantero de la Selección brasilera en la pasada Copa América, saltó más alto que todos y derrotó a un débil Orión que a diferencia de otras oportunidades no opuso resistencia. El golpe hizo que el Xeneize tarde en meterse de nuevo en el partido. Recién en el último cuarto de hora despertó y las jugadas empezaron a florecer. Claro, más producto del empuje desesperado que de un juego asociado.
Un triple atajada del uno y luego una doble del mismo guardameta, hicieron que el 0-1 no se modificara hasta el segundo periodo. Salvo Riquelme, el resto del combinado no estuvo a la altura de las circunstancias. Mouche y Erviti estaban perdidos en la cancha, Silva luchó más de lo que jugó y Rivero nunca incidió. La única ayuda que tuvo el enlace fue de su compinche Clemente.
En el complemento, un Román enojado se cargó a Boca al hombro. Al minuto, le hicieron una falta, el que se encargó de ejecutar el tiro libre, el palo le dijo no y Somoza encontró el rebote para poner su primer gol con la casaca Xeneize. 1 a 1, era justicia porque el Flu solo había inquietado con aquella conquista en el génesis del encuentro.
Parecía que se venia la victoria. Al menos, como estaba el pleito parecía imposible que los brasileros se aventuren a pasar al ataque, pero se escapo Wellington por izquierda a un Caruzzo pasivo y un Roncaglia desconocido, el centro pasó a todos y encontró a la aparición fulminante de Deco, el mismo astro compinche de Messi en Barcelona y de CR7 en Portugal, para poner un verdadero balde de agua fría.
Ese golpe fue letal. Dejó a groggy a Boca. Tardó una eternidad en volver a partido. Riquelme siguió insistiendo, Silva siguió luchando, Somoza se transformó en un gladiador, Clemente siguió yendo al ataque, pero el resto estaba en otra sintonía. Con solo un par de jugadores en un nivel aceptable, el Xeneize se las ingenio en crear situaciones. No muchas. Pero las suficientes para emparejar el tanteador. Cosa que fue imposible.
De a poco, los brasileños empezaron a tomar aire. Boca era puro nerviosismo. Y no era para menos, la derrota consumada ponía en jaque la clasificación. Ahora todo depende de lo que ocurra en Sarandí. Una derrota nos dejaría al borde de la eliminación. Un empate nos pone con la obligación de ganar en la revancha y en sumar en Rio, si o si, y esperar una mano de Zamora ante Arsenal. Muchos cálculos. Lo mas seguro es ir a recuperar estos tres puntos perdidos en la Boca en el Viaducto. La mística tiene que salir, ahora mismo.
SINTESIS
Boca: Orión 4; Roncaglia 4, Caruzzo 3, Insaurralde 5, Clemente 6; Rivero 5 (Chávez 5), Somoza 7, Erviti 5 (Gaona Lugo), Riquelme 7; Mouche 4 (Araujo), Silva 5 

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