sábado, 31 de marzo de 2012

Mística Xeneize

Boca sacó su estirpe a relucir, cuando quedó con diez jugadores, y derroto 2 a 0 a Arsenal, con goles de Ledesma y Sanchez Miño. El conjunto de Falcioni quedó al borde de la clasificación.

El 14 de febrero fue el día de regreso físico de Boca a la Copa Libertadores, después de tres años de ausencias. Pero el verdadero retorno, fue este jueves, en La Bombonera. Boca, que había jugueteado con la temprana eliminación la fecha pasada, estaba contra las cuerdas, porque el empate servía poco, y la expulsión de Somoza complicó el panorama. Pero finalmente, el Xeneize sacó a relucir, su mítica, y sacó a flote un duelo dificilísimo y consiguió un triunfo vital, que lo deja a medio paso de la clasificación.

El Xeneize no esta jugando bien, cuando Somoza fue expulsado, por doble amarilla. Otra vez un jugador expulsado en la misma cancha de Boca. La situación se tornó apremiante y complicada. Pero ahí nació otro partido.  Todos se pusieron el overol. Erviti fue de cinco, Mouche y Roman ocupaban el espacio de volante por izquierda, alternadamente.

Las situaciones no existieron a lo largo del primer tiempo. Y cuando los dos elencos se estaban acomodando.  Silva tiró un taco, que habilitó a Román para que definiera con clase, Campestrini dio un rebote corto, y Ledesma, rápido y vivo, que estaba casi fuera del área, irrumpió en el área chica y, de atropellada, puso el 1 a 0.

A partir, de ahí, Arsenal tuvo la pelota pero nunca pudo quebrar el cerrojo. Boca aguantó como pudo, hasta que a los 44, otra vez Silva apareció. Un rechazo de Clemente, lo encontró cerca, y pudo dominar la pelota, encaró, y habilitó a Sánchez Miño, quien ingresó al área, y liquidó el pleito. La clasificación quedó ahí. Puede clasificarse con un empate en Brasil, si Arsenal no gana en Venezuela.

Realmente no jugó bien Boca. Este equipo parece empecinado a ganar cuando juega mal. Y no triunfar cuando brilla. Otra vez jugó mal. En los últimos seis partidos, Boca salió victorioso en tres de ellos pero en ninguno hizo un trabajo fabuloso –tal vez en el primer tiempo, con los sanjuaninos mereció más suerte, pero en el momento que se puso en ventaja, no estaba haciendo nada para que eso suceda-. En los otros tres, no mereció perder con Fluminense e Independiente, y el empate ante Lanús fue ciclotímico con momentos brillantes de Riquelme y otros en los que la parsimonia general eran preocupante.  Saber, que el equipo sabe jugar bien, es lo que tranquiliza, porque si la clasificación se asegura, el conjunto de Falcioni tiene con que hacer frente en una copa en el que el mejor combinado, al menos, a nivel resultado es Fluminense, equipo con el que no mereció caer de ninguna manera. Por eso, todo puede cambiar en octavos, instancia a la que solo falta un paso para abrochar el boleto.

BOCA: Orión 7; Roncaglia 5, Schiavi 7, Insaurralde 7, Clemente 6; Ledesma 7, Somoza 4, Erviti 6; Riquelme 7; Mouche 6, Silva 8


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