El Xeneize cayó en Victoria ante Tigre pero otro hubiese sido el resultado con otro arbitro que cobró dos faltas inexistentes que terminaron en los tantos del local y anuló un gol polémico de Ledesma con el partido igualado.
Boca perdió 2 a 1 ante Tigre y ya no es más el único líder del torneo, ya que ahora la acompaña el sorprendente Newell´s en la cima. La derrota se dio por errores del arbitro pero también por fallas propias, tanto táctica como individuales. Sin embargo, luego de jugar en la semana la caída no es para dramatizar pero sin para tener un baño de realidad, ya que pelear en los tres frentes va a ser complicadísimo.
Sin Riquelme y sin Chavez, Falcioni volvió a su esquema fetiche 4-4-2 pero puso a Mouche, como volante carrilero en lo que fue tal vez un premio para que el sorprendente goleador recupere la titularidad pero terminó siendo un desacierto porque no fue ni delantero ni mediocampista, fue un híbrido que tocó pocas veces la pelota, y no sintió el retroceso. Lo mejor hubiese sido ubicar a Sánchez Miño, una de las revelaciones del equipo, y que juegue en su puesto natural.
Poco había pasado en la primera media hora, hasta que Laverni le simplificó todo a Tigre, al cobrar una falta inexistente a Luna, en la puerta del área. El remate de Diego Morales fue fantástico y el Matador que venía de tres derrotas seguidas, pegó el primer grito de la tarde noche. A Boca le costó la transición defensa-ataque ya que no dispuso de un enganche.
Pasó poco más en esa etapa y en el complemento, Boca fue con más ganas que fútbol y pudo haber sufrido alguna contra, pero al local le faltó profundidad. Recién a partir de los veinte el ataque Xeneize fue más consistente. Y llegó al empate, gracias a Insaurralde. Faltaban diez y pudo ganarlo pero enfrente estaba Laverni.
Ledesma tuvo el segundo gol, definió bárbaro ante Javier García pero el referí supuso que se llevó la pelota con la mano intencionalmente. Nadie de Tigre había levantado aunque sea la mano, pero Laverni paró la jugada. Minutos después ya en el epílogo, volvió a cobrar una falta cerca del área –esta vez tiene al menos el beneficio de la duda-. El centro venenoso encontró la cabeza de Schiavi que descolocó a Orión y marcó el gol de la derrota en una fatalidad.
Boca que hizo poco, mereció al menos el empate, y lo siguió yendo a buscar, más allá de que solo quedaba el tiempo de descuento. Tuvo la igualdad, pero Echeverría salvo en la línea. No fue la tarde de Boca. Tampoco del arbitro Laverni. O sí. Vaya a saber uno si lo hizo adrede o no. Lo cierto es que las únicas dos veces que este juez arbitró al Xenieze a lo largo de la temporada, perdió.
No es para dramatizar. Boca perdió pero sigue arriba –pero con compañía- falta la mitad del torneo y habrá que ver si puede luchar en los dos frentes –el torneo y la Libertadores, en la Copa Argentina se supone que irá un equipo alternativo-. Jugando mal no mereció perder. Regaló un tiempo. Pero todavía está a tiempo de cometer errores tácticos de entrada.
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