viernes, 27 de enero de 2012

Que placer verte otra vez


Boca y River se volvieron a ver las caras, después del descenso gallináceo y el resultado fue el de siempre. El 2 a 0 dejó en evidencia la estirpe Xeneize ante un desorientado rival.



Pasó tanta agua bajo del puente, desde aquella tarde de La Bombonera, cuando los dos se vieron la cara por el torneo local, que parece que pasaron más de siete meses. Tanto se habló, sobretodo del otro lado, que da más placer la victoria. Porque Boca ganó porque metió hasta el último suspiro y River, que expiró inmediatamente tras el primer golpe,  debió conformarse con esos cinco minutos en los que parecio que todavía era de Primera. A lo largo del tiempo reglamentario, Boca fue eficiente, contundente y práctico, y por eso justificó la victoria.

En los primeros cinco minutos, River fue un vendaval. Al Xeneize le costó acomodarse, tal vez debido a la falta de fútbol de Somoza, que jugaba por primera vez en el año, y Ledesma, que debutaba en su segundo ciclo en el club. En eso lapso, Cirigliano se hizo patrón del medio y su equipo tuvo tres chances. Sanchez  definió mal, después Orion salio a cazar mariposas "a lo Lucchetti"  y Cavenaghi no pudo definir, y Funes Mori eliminó a Franco Sosa, pero se le nubló la vista, ante la salida del uno, y disparó horrible.

Como un terremoto, esa presión solo duro un puñado de minutos. El temblor pasó enseguida. Bastó un certero golpe para dejar groggy a River y su ilusión se derrumbó como un castillo de naipes. Mouche arrancó adelantado pero, igualmente, sacó un centro bárbaro para el cabezazo fabuloso a la carrera de Blandi.

Y ahí cambió todo. El conjunto de Falcioni fue puro aplomo, se afianzó la mitad de la cancha con Ledesma como líder y Somoza fue de menor a mayor, como en el torneo de Primera. El resto lo simplificó River, que involucionó. La tontería del Chori Dominguez que se hizo echar para vender humo y convertirse en el heredero de Almeyda, solo sirvió que para dejar rengo el ataque de su conjunto.

Si el campeón, no liquidó la historia fue porque Chávez no tuvo su mejor actuación y porque Mouche siempre toma las decisiones equivocadas para acabar las jugadas. Sin embargo, el delantero tuvo la chance pero Vella le hizo un foul enorme que el arbitro no sancionó -tal vez para compensar-.

El complemento tuvo la misma tónica, aunque Boca tuvo algo mas de profundidad, pero como dijimos con Mouche como líder del ataque, es difícil liquidar un partido. Todo iba tranquilo. River no le hacia ni cosquillas  a la solida estructura hasta que el Xeneize perdió a sus dos mejores jugadores: Ledesma, falto de fútbol, se cansó rápido y fue reemplazado, y Roncaglia, fue expulsado correctamente.

Falcioni que se la había jugado para aumentar el scorer, al poner a Araujo por Ledesma, tuvo que rearmar la defensa debido a la tarjeta roja y recurrió al juvenil Sanchez Miño, quien es volante por izquierda pero tuvo que jugar como lateral ante la falta de recambio en esa función. Sólo tras esos retoques, la visita –Boca tuvo mas de 5 mil personas que River- volvió a inquietar. Cavenaghi remató de lejos y después Maidana cabeceo cruzado pero la pelota se fue apenas alta.

La situación podía complicarse pero Boca supo definirlo. Entre Colazo y Chavez triangularon bien, armaron un pared, y el volante zurdo le ganó la espalda a Carlos Sanchez, y mandó el buscapié para la aparición del goleador Blandi para cerrar la cuenta.

No hubo tiempo para más. Boca tuvo el tercero con el pibe Sánchez Miño pero Vega salvó a su equipo. Después el Xeneize sacó el pie del acelerador porque el daño ya estaba hecho y su rival solo fue por inercia. La fiesta fue completa, y por lo visto en 85 minutos, quedó claro quien es el Campeón de Primera y quien milita en el Nacional B.

SINTESIS:

BOCA: Orion 5, Franco Sosa 6, Schiavi 6, Insaurralde 6, Roncaglia 6 ; Ledesma 8 (Araujo 5), Somoza 6, Colazo 7; Chavez 6  (G. Fernández); Mouche 6 (Sanchez Miño 6) , Blandi 9

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