miércoles, 22 de junio de 2011

Salimos de la Boca del Lobo



Gimnasia nos pudo haber devorado pero sus nervios por la Permanencia le jugaron una mala pasada. Palermo fue otra vez su verdugo en la última jugada y asistió a Cellay que marcó los dos goles Xeneizes del 2 a 2.


Habrá tiempo para analizar el torneo en si, pero Boca terminó dando una imagen acorde a lo que fue durante todo el Clausura. Desorbitado en defensa y solo se mantuvo a flote por el poder ofensivo. Como ocurrió en Quilmes, el Xeneize estuvo dos goles abajo y supo levantarlo. Eso es un buen síntoma, porque en los últimos ante el menor desliz se venía la debacle. Pero no alcanza.
El sábado fue él día que River se fue a la Promoción. El día que se retiró Palermo. Pero hubo un partido de fútbol en el que Boca fue superado abrumadoramente por momentos por uno de los peores equipos del certamen. Y si los que tienen que tomar decisiones en Boca, no ven eso, tal vez terminemos como los primos. O peor.
Porque este técnico sigue perdido.En la despedida de Palermo, tiró el equipo atrás con un cambio amarrete –el de Rivero por Mouche-.  Ahora en La Plata, el Xeneize fue superado, sobretodo en el primer tiempo. Cualquiera hubiera pensado que Boca entregó los puntos, pero en esos quince minutos mostró su peor cara tal cual lo había hecho en los últimos veinte del primer tiempo con Quilmes, o en algún momento con Tigre. Lejos había quedado esa jugada del inicio en el que Monetti le ahogó el grito a Palermo, tras un delicia de Román.
Reaccionó Boca. No sabe si Cellay se pareció al que jugaba en Estudiantes porque dicho club ya lo tentó para volver o porque se quiere quedar en la ribera. Si es la primera opción, se merece hacer un moño de la misma forma en que se va a devolver a Lucchetti. Si es la segunda, bien le viene a Boca un central, porque el ex Huracán por primera vez en el campeonato jugó en la posición en la que fue campeón de América con el Pincha.
El Xeneize da sensación de que cuanto se juntan Mouche y Chavez o Román hace una genialidad puede lastimar a cualquiera. Ahora habrá que encontrar una línea defensiva que sustente ese poder ofensivo que ahora tendrá como faro a Viatri, porque Palermo ya no va a estar más. Pero eso ya es otra historia. Boca apenas empató con Gimnasia que no le gana a casi nadie. Y la Copa Sudamericana la veremos por tele. Sin embargo, el empate sirve increíblemente para la Libertadores del año que viene.

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