Cuando un amigo se va dice una canción. Tal vez sea un poco dramático pero en estos momentos es casi lo mismo. Una persona que te da tantas alegrías aunque no lo conozcas es un amigo, no? Ayer pensaba cual fue el gol tuyo que más grité. Pensaba en el gol a River en la Libertadores 2000, pero en ese momento el partido iba en diferido, y no podía ni escucharlo por radio por los nervios, igual prácticamente caminaba por las paredes. Hasta que escuché a los vecinos gritar gol. Y gritando "Palermo". No lo podía creer. Ahi tuve que poner la radio. Seguia sin creerlo. Lo vi una hora después en la TV, tampoco lo podía creer. Entonces seguí pensando. Y pense que otro gol grite con más euforia. Tampoco podía creer los goles al Real, no los grite, me enmudecí. Pensaba que seguía soñando. Es que era muy temprano pensaba que en cualquier momento me despertaba. En cinco minutos dos goles al Real no entraba ni en un libro de ciencia ficción.
Después segui pensando en otro gol, importante. Estaba en casa, el super del 2006, último momento, apenas pisabamos el área y agarre a mi perro para ver si cambiaba la suerte. Lo subí a la reposera, y al toque Caceres en lo único que hizo bueno para Boca, le comete penal a Guillermo. Penal para Boca. Llegó Palermo para patearlo seco y fuerte, y fue gol pero tampoco ese fue el que más grite. Pasaron más Libertadores, Sudamericanas, Clásicos, torneos locales. Entonces seguia pensando. Habrá sido el último, el que le hizo a los primos, en este torneo tan promocionado. No, tampoco fue ese. Y seguia recordando y por fin recorde. Apertura 1998, Boca empataba con Talleres de Córdoba 1 a 1 y se complicaba el primer título de la era Bianchi. La T acababa de empatar. Ya era tiempo de descuento. La cosa se ponía fulera.Y llego el gol de la victoria. ¿De quien otro iba a ser? Con la puntita del pie, la mandó adentro.Si ese fue el que mas grité. Ahi empezó el mito. Los demás goles son irreales. El de la media vuelta a River en el 99 con uno menos. El de Colón con el ligamento roto. El de RIver en la vuelta en el 2000, mientras todos los jugadores de River lo miraban tan asustados como si fuera el Cid Campeador. Los del Real Madrid. Ese penal en el Super del 06. y todos los que vinieron después. Son irreales. El de la clasificación al Mundial, también. Todos son cinematográficos. Son una leyenda. Algun día nuestros hijos preguntarán si es verdad que hizo todo eso, si hizo un gol de penal con las dos piernas, si hizo un gol de cabeza de mitad de cancha. Aunque tengan edad de creer en Papa Noél, ni ellos lo van a creer. Pero por suerte tenemos los vídeos para mostrarles.
También hubo momentos feos pero como cuando erraste los tres penales con la Selección. Pero los tres penales los erran solos que tienen el corazón que tenes vos. Los demas erran el primero y se esconden debajo de la tierra. Imaginate después de segundo. Ese día, no podía creer como los demas hinchas festejaban la desgracia de un jugador que jugaba en la Selección. Pero me di cuenta, que eran por la envidia, nunca van a tener un jugador de los testículos que tenes vos. Ahi supe, que los que no eran de Boca, eran antiBoca, porque es el club más grande de América. Pero por suerte, el tiempo pone las cosas en su lugar. Y tuviste tu redención con la albiceleste. Mucho no me importaba. Solo para callar a la gilada. Pensaba que habrá pensado el estúpido capitán de la selección en ese momento que con su cancherada nos había dejado al borde del precipicio. Cuando apareciste, para tirarle la soga a todo el pueblo argentino cuyo sueño mundialista caminaba por la cornisa. Que solo la empujaste no me importa. Estoy seguro que todos los que se rieron por esos tres penales ante Colombia nunca habrán gritado un gol de la Selección como ese -salvo que hayan estado vivos en el 86- pero ninguno de mi generación habrá tenido un grito albiceleste al unísono como ese. Los que dicen lo contrario están mintiendo.
No solo los goles fueron los que emocionan. Recuerdo en un partido de primera ronda ante el Blooming en cancha de Velez que fuiste a trabar con la cabeza en el piso. Una locura. Iban apenas cinco minutos pero vos literalmente diste la cabeza por la causa porque Boca necesitaba ganar para no quedar afuera e imitar papelones de otros equipos argentinos en esa misma edición. Pero hay más, ayer mismo en tu fiesta te caiste y le diste un pase de cabeza en el suelo a un compañero. Algo que te pinta de cuerpo entero. Lástima que el técnico no sabe donde está parado y frenó el ataque del equipo y nos privó a todos de la última locura. Pero todo no se puede.
La gilada dirá que no sos hincha de Boca, y eso a quien le importa. Cuando se venció el contrato en el medio del Mundial, podrías haberte ido a Estudiantes, que en la actualidad vive un momento mejor que Boca. Pero te quedaste en Boca a pelearla, todavía. No hacía falta pero te quedaste. Te fuiste como un grande. Y si todavía hay quien cree que sos un perro, yo quiero once perros como vos en mi perro. Quiero que la Selección tenga 22 perros como vos, con el corazón y los huevos que tenes vos. Pero todos no se puede. Eso si sería ciencia ficción. Porque no habra ninguno igual. Pero esto aunque parezca mentira no fue una película, fue real.
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